En junio de 2020, con 33 años, ya siendo abogada, con maestría, y teniendo un año como diputada suplente por la libre postulación en la Asamblea Nacional, Walkiria Chandler D’Orcy tomó la decisión de lucir su afro.
Había llevado su cabello alisado desde que era una niña. “Fui al salón de belleza y pedí que me hicieran el big chop (el gran corte), no hice la transición, pasé del alisado largo a tenerlo bien corto. Para mí ha sido liberador. Siento que soy más mía de lo que nunca he sido”.
Al día siguiente de hacerse el gran corte, fue a la asamblea, estaban en el pleno, y un colega de un partido le comentó: “diputada, tengo algo que decirle, a mi no me gusta su corte de cabello, no me gusta su cabello”. Walkiria recuerda que él se lo dijo estando serio y algo molesto. “Procuro siempre ser una persona muy educada, no exaltarme. A mí me molestó porque es parte de la violencia que sufrimos, de las discriminaciones. Y le respondí a ese colega: ‘diputado, a mí no me gusta su cara y usted la trae todos los días’”.
Personal administrativo de la Asamblea y otros colegas también le hicieron comentarios como: “¿por qué se hizo eso?, usted se veía bonita antes”. En redes sociales le escribieron que iban a dejar de seguirla “y me parece bien”, comenta Walkiria, “yo no quiero personas que me estén siguiendo por un físico o porque le gusta una imagen que vendo, en ese momento, una imagen que socialmente se me enseñó que era la adecuada para estar en cargos en los que estoy”.
Diputada Walkiria Chandler D’Orcy: ‘Con mi afro en la Asamblea’
“Yo no soy un cabello, no soy una imagen, soy mucho más. El cabello como lo llevo hoy en día es parte de lo que soy. No necesito tener que pasar por un procedimiento químico, doloroso y costoso para ser aceptada”, Walkiria Chandler D’Orcy.
Diputada Walkiria Chandler D’Orcy: ‘Con mi afro en la Asamblea’
Precisamente por lo que vivió tantos años, y ya estando en un cargo de elección popular, sintió que era el momento de enviar un mensaje, no solo a las mujeres que ya están en el campo laboral, sino también a las niñas. “A esa Walkiria de hace muchos años que no se sintió motivada, y no tuvo ese impulso antes porque no había esa figura profesional con ese cabello. Teniendo mi afro, incluso usándolo con pañoletas, puedo ser diputada suplente, puedo estar en la Asamblea, desempeñar mis funciones, seguir siendo abogada; eso no resta, te ayuda a ti como mujer en un plano personal, a estar bien contigo. Si tu estás en paz contigo, si tu te auto aceptas, vas hacer todo mejor”.
Walkiria ha recibido halagos: “qué bonita, te ves mejor” y hasta le han dicho que se ve más fuerte. Ha servido de motivación para dos de sus hermanas. Su hermana Minerva, de 50 años, está haciendo actualmente la transición del alisado a rizos; y su hermana menor Reina, de 28, que también es abogada, ya se hizo el gran corte.
“Ella me dice: ‘Waiki, si tú puedes, yo también, también puedo tener trabajo y voy a poder seguir siendo abogada’. Ella está pasando por todo este proceso de reencontrarse que para mí es muy inspirador, ella no tuvo que llegar a los 30 hacer esa alianza con nuestros ancestros”.
Diputada Walkiria Chandler D’Orcy: ‘Con mi afro en la Asamblea’
El año pasado, en un evento de personalidades afrodescendientes destacadas, el profesor Gerardo Maloney, le dijo a Walkiria: “te ves orgullosa”.
“Eso me llenó muchísimo, es un tema de orgullo, de aceptación, de aceptarte a ti, aceptar a tus ancestros”.
Cuando era niña
Desde niña, por 20 años, Walkiria llevó alisado porque las maestras decían a su mamá que iba despeinada por su afro natural y sus trenzas.
Comenta que cuando era pequeña la única mujer afro que veía con su cabello natural era Graciela Dixon, ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia de Panamá.
Diputada Walkiria Chandler D’Orcy: ‘Con mi afro en la Asamblea’
‘No soy un cabello, soy mucho más’
Cuando decidió que se lo iba a cortar, Walkiria le comentó a su mamá y a su novio que tenía entonces. Él le dijo: “Pero si te cortas el cabello, vas a ser una negra cualquiera“. Esas palabras fueron una gran bandera roja para Walkiria, de que no estaba en una relación adecuada.
“Yo no soy un cabello, no soy una imagen, soy mucho más. El cabello como lo llevo hoy en día es parte de lo que soy. No necesito tener que pasar por un procedimiento químico, doloroso y costoso para ser aceptada, ni en ámbitos profesionales ni en una relación”.