El mayor halago que ha recibido por su cabello rizado ha venido de las niñas. “‘Pareces una muñeca‘, me dicen, ‘me gusta tu cabello, lo quiero tener así'”, responde Urenna Best Gayle.

Mientras vivió en su provincia Colón, nunca sintió discriminación. La sintió cuando salio de su provincia. Vive actualmente en una comunidad donde ella es minoría y cuando va a la farmacia con el cabello natural, el personal de seguridad la persigue, sobre todo si va con trenzas. Esto no ocurre cuando se hace blower.

Desde su puesto como experta en el Grupo de Trabajo del Protocolo de San Salvador (GTPSS) de la Organización de los Estados Americanos (OEA), se encarga de evaluar a los Estados en el cumplimiento de los derechos humanos. Llevar su cabello como lo lleva, estando en ese cargo, es un gran orgullo. “Para mí significa libertad, significa tener la posibilidad de sentar un precedente dentro del organismo, pero también servir como un referente para las mujeres, las personas de mi edad o más jóvenes para que sepan que no tienen que cambiar su forma de ser, no tienen que convertirse en otra persona para poder encajar en espacios que ellas aspiran llegar, o poder desempeñar determinada función”.

Su cabello natural es una responsabilidad para su comunidad y las mujeres del mundo “para poder de alguna manera reforzar esa idea de que cada persona es un individuo y tiene la libertad de verse y expresarse de la forma que ella o él desee”.

Urenna Best Gayle: ‘La mujer tiene la libertad de tener el cabello como quiera’

Urenna Best Gayle: ‘La mujer tiene la libertad de tener el cabello como quiera’

Urenna Best Gayle: ‘La mujer tiene la libertad de tener el cabello como quiera’

Urenna Best Gayle: ‘La mujer tiene la libertad de tener el cabello como quiera’

Urena es abogada y desde joven ha sido activista. Fue directora general de la Secretaría Nacional para el Desarrollo de los Afropanameños, miembro del Grupo Consultivo de Líderes Afrodescendientes de Unicef y coordinadora de la Red Iberoamericana de Jóvenes Indígenas y Afrodescendientes.

Cuando tenía 14 años se alisó el cabello por la costumbre que había en Colón: en esa época una niña que pasaba a tener el cabello lacio significaba que llegaba a la pubertad. “El cabello natural por todo lo que se ha proyectado, es algo que no era recibido con agrado o como algo que represente profesionalismo, ni tampoco madurez”.

Volvió a su cabello natural a los 31 años, ya siendo abogada y empezando a ser consultora para la Oficina Regional del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Opina que todas las mujeres que han decidido dejar su afro o rizos al natural pasan por un proceso de autodescubrimiento. “No es algo que tiene que ver con el estilo, el cabello, así como me lo ves, gasta mucho más producto, gastamos mucho más dinero que el que gastábamos con el cabello relajado, pero al final es un compromiso con nosotras mismas y con nuestra comunidad, es parte de un gran mensaje colectivo que estamos enviando”.

Su principal inspiración han sido Graciela Dixon, ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia. También menciona a la artista Miroslava Moreales, a la poeta costarricense Shirley Campbell; a la vicepresidenta de Costa Rica, Epsy Campbell; a la activista Cecilia Moreno y a su mamá Elvia Gayle de Best, que también ha sido activista, “y que llevaba el pelo afro cuando nadie lo llevaba así”.

Urenna Best Gayle: ‘La mujer tiene la libertad de tener el cabello como quiera’

Urenna Best Gayle: ‘La mujer tiene la libertad de tener el cabello como quiera’

Urenna a veces se hace blower y recalca que la mujer “tiene la libertad de tener el cabello como quiera, alisado, curly, pero tiene que ser una decisión de la mujer, no tiene que ser una imposición”. “Un día yo estoy cansada y quiero hacerme un blower para cortarme las puntas, me lo puedo hacer, pero no me lo hago porque tengo que hacérmelo para sentirme aceptada por la sociedad, aunque muchas parte de la sociedad no acepten el cabello de esta manera”.

Muñecas afro con cabello alisado

Por más de 15 años Urenna Best Gayle lució el cabello alisado. Desde joven ha sido activista y tuvo la oportunidad de viajar alrededor del mundo promoviendo los derechos humanos de las personas afrodescendientes.

Una vez, un compañero en Brasil le preguntó por qué lucía su cabello relajado. Ella le aclaró que la mujer puede llevar el cabello como quisiera y eso no tenía que ver con su capacidad.

Mientras él la cuestionaba, ella le contaba que siempre jugó con muñecas afro, pero él le preguntó: ‘¿cómo tenían el cabello esas muñecas?’ Sus muñecas tenían el cabello alisado.

“Al final, de forma subconsciente, yo quería tener el cabello como mis muñecas. Y es lo que pasa con las niñas, las niñas quieren parecerse a lo que nosotras le entregamos o le presentamos como hermoso”.

“Yo entendí que eso estaba en mi subconsciente y que necesitaba hacerme una revisión personal para entender por qué no dejaba mi cabello natural, y bueno, eso es un proceso”.