Por su cabello, por su tono de piel, por la seguridad e inteligencia con la que se expresa, Zozibini Tunzi se ganó la admiración de muchos, sobre todo en Panamá, la noche del 8 de diciembre, cuando se convirtió en la nueva Miss Universo 2019, en su edición número 68.

La sudafricana, de 26 años de edad y relacionista pública, es la primera mujer con afro corto en ganar la corona. Tuvo que pasar más de medio siglo para que el certamen finalmente escogiera a una reina con el cabello distinto a las melenas lacias, largas o con ondas que caracterizaban a las ganadoras anteriores.

Los que seguimos el concurso teníamos a Zozibini entre las favoritas y apostábamos por ella como la nueva ganadora. Aquellos que no lo siguen, se asombraron al verla coronada y buscaron en internet videos de la competencia para conocer más sobre ella.

“Crecí en un mundo donde una mujer como yo, por mi color de piel y mi cabello, jamás fue considerada hermosa y es momento de que eso se detenga hoy. Quiero que los niños me vean y vean sus rostros reflejados en mí”, dijo Zozibini en su closing statement o mensaje de cierre, que este año las tres finalistas tuvieron que dar para convencer al jurado – y al público- por qué debían ser Miss Universo. Zozibini, con su corona ya puesta, consiguió que ese momento se diera y que muchas mujeres, con cabello al ras, afrodescendientes o no, con una imagen distinta a la que suelen ver en estos programas, pudieran verse representadas.

Desde hace varios años el certamen, en su intento por transformarse, había apostado por un formato donde mostraba más el lado humano de las concursantes. No tenían que ser solo bonitas y con cuerpo estilizado, tenían que ser activistas, estudiantes o profesionales, con un buen manejo de la palabra, con alguna anécdota que le haya cambiado la vida o con algún tipo de voluntariado. Eso sumado al conocimiento básico o fluido del inglés o de otro idioma.

Antes de Zozibini solo dos participantes de cabello corto habían logrado clasificar entre las cinco finalistas de Miss Universo: Kaci Fennell, de Jamaica, en 2014; y H’Hen Nie, de Vietnam, en 2018.

Kaci se había convertido en una gran favorita para la corona en el año en que participó, tanto, que cuando fue nombrada como cuarta finalista (es decir, eliminada del top 3) el público se disgustó. Los televidentes y los usuarios en redes sociales convirtieron a Jamaica en tendencia mostrando su descontento; esperaban que finalmente la competencia cambiara y se arriesgara a elegir a una chica como ella, distinta a las demás. Al final de esa edición, la corona fue para Paulina Vega, de Colombia.

Parece que este año la organización Miss Universo le dio a su público el cambio que quería y exigía. Con Zozibini coronada, no solo logró que el concurso reviviera, sino que la gente que no le importaba el certamen, se volteara a verlo de nuevo.