1. Si hoy no quiere zanahorias, vuelve a ofrecérselas otro día. Es un error desistir de darle un alimento porque un día dijo que no.
2. Permite que le dé apetito. Si constantemente le das jugos y dulces, por supuesto que a la hora de comer no tendrá hambre.
3. Y si no quiere la comida, no le des galletas. De lo contrario aprenderá que puede decir no a la sopa porque después mamá le dará burundangas.
4. Procura que no se habitúe a comprar algo de comer cada vez que van a la tienda o a la farmacia.
5. No lo obligues a vaciar el plato. Los niños tienen diferente apetito. No comerán exactamente lo mismo cada día.
6. Coman en familia, pero que la comida sea un momento agradable, sin reproches ni peleas. Así tu niño relacionará el comer con una experiencia agradable.
7. Si está triste o molesto no lo tranquilices con un helado, para que no aprenda a ver la comida como un refugio.
8. Hazle saber que hay horas para comer. No se come por aburrimiento o porque se está viendo televisión.
9. No permitas que coma frente al televisor. Se acostumbrará a comer de esa manera y como está distraído no apreciará el sabor de los alimentos ni sentirá que está satisfecho.
10. Anímalo a probar nuevos alimentos. Como decían las abuelas: hay que comer de todo. Para eso tu ejemplo es fundamental.
11. Da el ejemplo. Si tú rechazas la cebolla o las frutas y haces comentarios desagradables sobre la comida, tu hijo hará lo mismo. Él hace lo que tú haces, no lo que le dices.