Con la emergencia mundial del coronavirus, la gente no dudo en correr a comprar comida. Había que alimentarse para enfrentar la enfermedad y reforzar el sistema inmunológico. El miedo inminente al desabastecimiento generó pánico y así vimos a personas comprar hasta de más.
Surgió también la preocupación por la seguridad alimentaria, y la producción nacional que disponga de alimentos para todos de forma segura, nutritiva y a precios accesibles. ¿Es la producción nacional suficiente para nuestra seguridad alimentaria o dependemos de la importación?
En tiempos de crisis llegamos a una conclusión simple y atinada: la alimentación es crucial para todos y debemos alimentarnos bien. Si embargo en tiempos regulares sobresalen las dietas de moda: keto, el ayuno intermitente, que si la dieta de la luna o la tuna.
Dietas van y dietas vienen, aunque conlleven riesgos y se gaste un dineral en productos importados, que no forman parte de los hábitos ni de la producción del país y cuyos beneficios se pueden adquirir con alimentos locales.
¿A dónde se fueron las dietas? Sus anuncios bajaron. No hay mercado. Los que las seguían no han podido continuar con su rutina por el encierro y el estrés.
Como nutricionista sé que el desbalance en el que vivimos generará hambre y necesidad de dulces y de picar. A esto se le suma las preocupaciones por la salud y la economía del hogar.
Los aspectos emocionales se reflejan en la alimentación: se come por ansiedad. Hay una angustia por llenar vacíos, inseguridades y culpas.
¿Y qué hay de aquellos que no tienen qué comer? Sin seguridad alimentaria por las situación económica. Hambre y desespero, más el riesgo de enfermarse en las condiciones menos favorables.
Una vez más el tema de la alimentación es parte de las discusiones y debates, y yo me pregunto ¿Por qué es tan importante y a la vez no se le da la debida importancia siempre?
En mis años escolares tomábamos la materia educación para el hogar. Se enseñaba a sembrar con los huertos escolares, aprendíamos a cocinar. Conocíamos la importancia de la alimentación y por qué comer sano. Hoy ni siquiera se sabe que el ícono de las guías alimentarias para Panamá cambió y ahora es El Plato de la Alimentación con 8 guías básicas para lograr una alimentación sana.
Todo vuelve. Han surgido las dinámicas de huertos en los barrios y gente interesada en generar un consumo de sus preparaciones para sostener las economías caseras.
Una cosa sí es real : no vamos a dejar de comer hasta el día que dejemos de existir. Dietas de pajarito o ayunos eso no hay cuerpo que lo resista por mucho tiempo sin presentar problemas de salud. Necesitamos normas que promuevan que la población haga una mejor selección de alimentos y se fomente la calidad de la oferta.
La autora es nutricionista – dietista y comparte más información y recomendaciones en su cuenta de Instagram @nutrirpanama