1. Tener que repetir las cosas una y otra vez.
2. El ‘ya voy, mamá’, pero que nunca llega.
3. Los juguetes tirados por todos lados. Y la recogedera.
4. El slime que se pega en todo.
5. Que aunque les digas ‘no hagas eso’, los hijos van y lo hacen.
6. Que cuando preguntas: ‘¿Qué quieren comer?’, responden: ‘cualquier cosa’. Y que después se quejen con el menú.
7. Las mamás de la escuela que quieren convertir cada trabajo en grupo en una tesis o un espectáculo de Broadway.
8. Los que piensan que, porque no tienes un empleo fuera de casa, no tienes trabajo. ¡Ojalá!
9. La maestra que manda una nota con: “No pueden hacer todas las tareas el fin de semana; háganlas una a una en la semana”.
10. El hijo que nunca encuentra nada. ¿Y el día que mamá no esté?
11. La suegra, que aunque no te lo dice con palabras (sino con la mirada), no aprueba cómo educas a tus hijos.
12. ‘Cómprame, cómprame, cómprame’. A veces parece que es lo único que algunos hijos saben decir.
13. Los consejos de quienes nunca han sido padres, pero te quieren enseñar sobre crianza.
14. El gesto de algunos en el trabajo cuando les das a entender que estás sacando tiempo para tus hijos.
15. La cara de ‘Mamá, tú no sabes nada’ que pone un hijo adolescentes. Recordemos: es una etapa.