En el momento en que sabes que vas a tener un bebé tu vida cambia, pero la experiencia nunca es real hasta que tienes a ese hermoso cosín en tus brazos. Esta es una nota que habla de paz y de una perspectiva importante entre todo el cúmulo de emociones que se desatan cuando se tiene un bebé. Especialmente cuando se tiene el primero.

Mi recomendación de vida, para todo, siempre será: “vive un día a la vez”. Su bebé va a crecer, y muy pronto. Y ese delicioso sentimiento y sensación física de que cabe en los brazos de uno pasa más rápido de lo que se piensa.

Con el nacimiento del bebé el mundo entero parece voltearse patas arriba: desde patrones para dormir hasta cómo organizamos el hogar, todo se ve trastocado. La paciencia es algo que pareciera que se vende en alguna botica fuera de nuestro alcance. Si de algo estoy muy segura es de que los bebés mantienen a sus padres en el aquí y en el ahora porque sus demandas son inmediatas.

Esos primeros meses

Ese tiempo hermoso del recién nacido cuando puede uno pasarse horas contemplándolos y ellos a uno es un tiempo “del aquí y el ahora” obligado. Entonces el bebé tiene todos sus sentidos muy agudos. Los necesita para apropiarse de toda la información que le pasa el ambiente, especialmente quienes le cuidan. Hay que tener mucho cuidado de no sobresaturarlo y proveerle momentos muy pacíficos para poder conectarse con el adulto al cuidado y viceversa.

La conexión en este tiempo es vital para el desarrollo normal del cerebro. El bebé necesita aprender a reconocerse y reconocer a aquellos que le cuidan, y de esta forma aprender del mundo.

Recuerde la importancia de tener al bebé enchumbado, al menos el primer mes. Las mantitas que venden para llevarlos muy pegaditos son unos grandes aliados por al menos los cuatro primeros meses y lo que se gana en afecto y tranquilidad y comunicación es increíble.

La conexión en este tiempo es vital para el desarrollo normal del cerebro. El bebé necesita aprender a reconocerse y reconocer a aquellos que le cuidan, y de esta forma aprender del mundo. Necesita hacer vínculos fuertes. No necesita entretenerse con más nada: no hay juguetes en este tiempo que puedan hacer lo que una canción, un cuento o una conversación del adulto hace.

No hay sustituto para la relación con el otro. Esta interacción maravillosa es la que abre el mundo al niño. Algo súper lindo de hacer en este tiempo y que ayuda mucho a calmar y a reconfortar es echarse al bebé en el pecho y respirar. Haga esto en tranquilidad y con mucho amor.

De los 6 meses al año

Padres tranquilos, hijos felices

Padres tranquilos, hijos felices

Ya hay más conciencia del otro y de sí mismo. El juego es importante para empezar a tener un sentido del mundo. Esta es una época de descubrimientos, estímulos y frustraciones. Empieza a desarrollarse a través del logro de pequeños pero importantes hitos, la independencia (autonomía) y con ella la autovalía.

Este es el tiempo en el que el bebé realmente empieza a expresar su personalidad, y con ello sus afectos y preferencias del mundo. A la vez, el bebé en esta etapa puede “leer” los tonos emocionales de los adultos a su alrededor y actuar acorde con ellos. Es en este período también cuando se sostienen las primeras conversaciones o balbuceos entre el bebé y sus cuidadores. ¡Qué belleza!

Asegúrese de darle mucho tiempo en el suelo para lograr un óptimo desarrollo motor, pero recuerde que es importante respetar el ritmo del bebé y no forzar los movimientos.

Al momento de haber cumplido el año, el bebé ya tiene una fundamentación sólida de su entorno. Por eso este primer año es tan importante. Esta solidez le permite abrirse para conocer áreas un poco más distantes y probar nuevos retos. El bebé debe tener en esta etapa libertad de movimiento, debe poder probar, tirar, golpear, halar, es la única forma en que puede hacerse una definición del mundo. ¿Cómo más me voy a internalizar el concepto abstracto de “alto” si no golpeo contra el piso algo y lo hago sonar alto?

Es importante seguir recalcando la comunicación cara a cara, que el bebé se enfoque en los adultos y ya pueden empezar a darles gentiles masajes por su cuerpo. El masaje debe ser relajante y mejor si es en la mañana (más enérgico) y a la hora de dormir. Asegúrese de darle mucho tiempo en el suelo para lograr un óptimo desarrollo motor, pero recuerde que es importante respetar el ritmo del bebé y no forzar los movimientos.

También es importante seguir cargando a su bebé. Aunque ya es más pesado, cargarles ayuda al crecimiento y al desarrollo. Cargarlo con la espalda del bebé pegada del pecho de adulto para que pueda ver e interactuar con el mundo.

 

Después del primer año

Notará que su bebé puede hacer más por sí mismo. Esto es muy bueno, permítale. No lo restrinja tanto. Por estos tiempos se para solo y camina sin apoyo. Su cerebro maravilloso no ha parado de trabajar ni un segundo.

Mantenga la calma. No quiera apresurar que su bebé crezca. Disfrute los momentos, este tiempo nunca regresará.

En este momento puede empezar a mostrar signos de empatía. Es una etapa deliciosa (bueno, todas lo son). En esta fase la ansiedad por la separación se empieza también a manifestar. Es el momento en el que puede molestarse muchísimo y manifestarlo si su adulto significativo se va. Aquí es importante tener mucha paciencia y amor hasta que el bebé gane confianza de que usted va y regresa.

Mantenga la calma. No quiera apresurar que su bebé crezca. Disfrute los momentos, este tiempo nunca regresará. Tenga en cuenta que el tiempo de calidad que pase con él es vital y que nada ni nadie en el mundo puede dar a su hijo lo que usted le da. Si se siente abrumada o abrumado vaya a visitar a un profesional de la salud mental o busque a una amiga o amigo que pueda escucharle y ser empático con usted. No alguien que le llame la atención.

Todos los padres cometemos errores de vez en cuando. Pregunte a un profesional (pediatra o terapeuta) antes de buscar en internet soluciones a los retos que vaya encontrando en la crianza. Las redes están llenas de información y no siempre es la más acertada para usted.