En casa del chef colonense Jairo Leslie, sus dos hijos cocinan. “Creo que uno cocina por necesidad, y el otro, porque es un tema que sí le apasiona”.

Jairo Jair, de 16 años, le encanta comer y prepara su propia comida saludable cuidando las proporciones. Jhon Jair, de 12, se destaca en los dulces. Cuando van al supermercado, los dos le avisan: “papá, se acabó el aceite de oliva”.

Desde que su papá emprendió siempre han estado involucrado en el tema de la cocina. Leslie tiene una empresa de catering llamada Delicias del Chef y hace seis meses en casa abrieron un espacio llamado La finquita del chef.

El papá cuenta que el menor es el que más se perfila en este campo. Ahora está más dedicado a la pastelería porque su mamá se está desarrollando como chef pastelera. Hace par de semanas Jhon Jair preparó unos rolls de canela que poco le faltaban para competir con los que venden las franquicias. “Le veo mucho potencial en el tema de la pastelería, lo hace muy bien y es muy aplicado”.

Sobre el mayor resalta una salsa roja para espaguetti que ha hecho y los salteos tipo orientales. También sabe hacer cuscús. Aunque sigue aprendiendo, el papá acota que no es algo en lo que su hijo mayor quiera desarrollarse.

“Uno de las cosas que me motiva a mí a enseñarles a cocinar, es que tenemos que entender que los hijos son prestados, y que en esta vida ellos tienen que tener la capacidad de andar solo”, comenta Jairo Leslie, quien menciona además que en casa los hijos se dividen la cena o el desayuno, mientras que él se encarga del almuerzo.

Dice que la cocina tiene la oportunidad de acercar y unir a las personas. A sus hijos les presenta el mejor plato que pueda. Reconoce que no es fácil hacer que ellos se interesen o se involucren, así que opta por la negociación: “cierto tiempo en lo digital, y cierto tiempo ayudar a papá”.

Además de sus emprendimientos, Leslie también impulsa una oenegé llamada Proyecto Existe, donde trabaja con jóvenes en riesgo social a través de la gastronomía.