Hay quien cree que porque soy coach siempre estoy más enfocada que un láser y más filosa que un cuchillo de cerámica pero, ¿saben?, también hay días en que ando más dispersa que una bola de humo.
Me refiero a esas veces en que sabes lo que tienes que hacer pero lo postergas, das vueltas haciendo mandados, revisando la nevera mil veces, ojeando dizque rápido las redes sociales o montando un drama por una tontería. Haces cualquier cosa menos las acciones que sabes que te darán los verdaderos resultados.
Las herramientas de motivación, enfoque y productividad no te vuelven a prueba de balas. Pero gracias a los años de formación y la experiencia de ver estos patrones en otros para corregirlos, me doy cuenta más rápido cuando me encuentro en un periodo de postergación.
Cuando la voluntad sola no es suficiente
Voy a compartirles una herramienta para mí efectiva si se trata de enfocarme y ponerme en acción, porque a veces la voluntad por sí sola no es suficiente y el recordar tu porqué, tu intención, tu meta y visualizar el resultado, pues tampoco te pone en acción.
Esta es la herramienta que estoy utilizando en este momento para escribir esta columna y vencer la tentación de darme una vuelta por la frutería, o hasta de ordenar el armario.
Amo escribir estos artículos y los de mi blog, me encanta, pero a veces se van los días y no me he sentado a escribir lo que ya desarrollé en detalles en mi mente. Mi arma secreta se llama working dates, o cita de trabajo, esto consiste en quedar con alguien para trabajar juntos, cada uno en lo suyo.
Por ejemplo, hoy estoy en un working date con una colega, Andrea. Funciona de la siguiente manera:1. Quedamos en un lugar donde no tengamos distracciones, por ejemplo una cafetería.2. Detallamos el tiempo de reunión. Hemos separado tres horas para trabajar.3. Antes de llegar cada una ha detallado cuál es su intención con esta reunión, lo que hará y los resultados que quiere lograr.4. Cada quien lleva lo que necesita para trabajar. Cada una trajo su computadora.5. Interactuamos para darnos alguna retroalimentación puntual; dos cerebros traen más ideas que uno, pero no estamos echando cuentos.
Casi estamos concluyendo y ambas hemos concretado eso que veníamos posponiendo, fue más enriquecedor hacerlo juntas. Nos despedimos sintiéndonos motivadas e imparables, con ganas de quedar igual otro día, porque nos damos cuenta lo enfocadas y productivas que fuimos durante nuestra cita de trabajo. Te invito a que pruebes esta herramienta.
El emprendimiento es fabuloso de muchas maneras, pero puede ser solitario, y eso de no tener jefe suena bien pero, sin una persona a quien reportar o que te dé direcciones te puedes encontrar postergando el trabajo más de lo debido.También puedes usar esta herramienta para otros aspectos de tu vida.
La herramienta antipostergación
¿Te encuentras con que se te pasan los días y pospones hacer ejercicio? Crea un grupo de compañeros con esa misma meta.
¿Tienes que hacer limpieza en tu armario o tu casa? Invita a alguien que tenga el ojo y la paciencia para eso y te acompañe, fijen un día, un par de horas y, con ese propósito y algo de música, que esta persona sostenga contigo esa intención. Te asombrará lo ameno que puede ser hacer policía en casa y la cantidad de energía que se genera cuando ordenas, limpias y eliminas lo que no sirve o no usas.
¿Tienes que cocinar para la semana? ¿Quién es esa persona que tiene ese mismo pendiente y que te haría más llevadera la tarea? Dos cerebros tienen más ideas y puedes notar más esto cuando se trata de tareas creativas. Fijar el tiempo y compromiso con alguien evitará que te pegues al Netflix o a cualquier otra distracción en vez de calentar sartenes.
Esta es mi gran herramienta antipostergación: consíguete un compañero de labor con las mismas ganas de enfocarse y manténganse mutuamente las intenciones. Tu vida va a ser el reflejo de los estándares de las personas con quienes pasas más tiempo. Júntate más con gente con tantas ganas de lograr como las tuyas para sostenerse y aportarse mutuamente.
Recuerda el proverbio africano: Sola llegarás más rápido, pero acompañada llegarás más lejos.