A pesar de que sucede en muchos lugares, es importante tener claro que el término en inglés bullying se usa nada más en el ámbito educativo, para hacer referencia a diferentes manifestaciones de violencia entre niños y adolescentes, como acoso escolar, intimidación y maltrato.

Mobbing es el término correcto para referirse al acoso laboral, concepto que fue definido por primera vez por el psicólogo Heinz Leymann, donde explica que es una situación en la que una persona ejerce, en el lugar de trabajo, violencia psicológica extrema sobre otra, con la finalidad de destruir su reputación y perturbar el ejercicio de sus labores.

El acoso laboral no tiene distinción de clases, niveles o cargos. La víctima o el hostigador puede ser cualquier miembro de la empresa.

“El caso más frecuente de acoso se presenta de un alto cargo, hacia un subalterno. Es inusual ver que un colaborador humille a su jefe”, expresó Álvaro Lasso, psicólogo especializado en salud ocupacional.

Hay varios tipos de acosos en el trabajo que incluyen humillación pública, maltrato físico y verbal, discriminación por racismo o xenofobia, acoso sexual e intimidación y manipulación.

Ley contra el acoso laboral en Panamá

El 14 de febrero del 2018 se creó en Panamá la Ley 7, con el objetivo de prevenir y sancionar el acoso laboral. Según lo estipulado en la misma, el psicólogo Álvaro Lasso nos explicó los pasos que debe seguir una persona para denunciar legalmente a un acosador.

1. Averiguar qué área o persona es la encargada de prevenir y sancionar las conductas de hostigamiento y acoso laboral. En la mayoría de las empresas el departamento de recursos humanos es el responsable.

La ley establece que toda institución, sea pública o privada, debe contar obligatoriamente con un sistema que sancione el mobbing. En el caso de que no, la víctima está en todo el derecho de denunciar a la empresa en el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel). Debido al incumplimiento de las medidas reflejadas en la ley, Mitradel le pondrá una multa a la compañía de 550 a mil dólares y se encargará de velar por el bienestar del afectado.

2. Denunciar al acosador. Una vez puesta la denuncia, el departamento pertinente deberá comenzar, de forma inmediata, una investigación objetiva y confidencial, con el fin de verificar que la acusación expuesta por la víctima es cierta. Durante el proceso investigativo, la empresa tiene el deber de brindarle protección al denunciante.

3. Decisión final. Una vez terminada la investigación por parte del departamento responsable, la empresa deberá decidir, según sea la gravedad del hecho denunciado, la sanción que obtendrá el acosador. Las sanciones pueden ir desde una amonestación verbal o suspensión temporal, hasta un despido permanente.

Estrategias psicológicas

Depresión, ansiedad, pánico, insomnio, aislamiento social y abandono laboral, son unas de las consecuencias más frecuentes que sufren las víctimas del mobbing. Para salir adelante emocionalmente de una situación de hostigamiento en el trabajo, Beatriz Martínez, psicóloga y coordinadora de la Fundación Relaciones Sanas, recomienda acudir al psicólogo de inmediato y aplicar dos estrategias:

1. Optar por una actitud asertiva. La víctima debe encontrar un punto de equilibrio, evitando caer en conductas agresivas o pasivas. La asertividad es una forma de expresión consciente, donde se manifiestan las ideas y opiniones de manera clara, honesta y respetuosa.

2. Trazar límites sanos. De forma asertiva, el afectado le comunicará al acosador sus límites personales. “Todo el mundo tiene derecho a expresar lo que no le gusta, como por ejemplo: no tolero que me levanten la voz, no me gusta que me hablen tan cerca”, manifiesta Beatriz.

A su vez, la psicóloga indicó la importancia que tiene la empresa dentro del proceso de recuperación emocional de la víctima, donde debería:

• Sensibilizar a los colaboradores, para que cuando les toque ser testigos de una situación de acoso, no se queden callados y ayuden a su compañero.

• Realizar charlas acerca de la salud mental, empatía y autoconocimiento. La Fundación Relaciones Sanas le brinda a las empresas este servicio.

Testimonios

‘Mobbing’, el ‘bullying’ en la oficina

‘Mobbing’, el ‘bullying’ en la oficina

“Nadie me defendió”

Acoso de un superior

“Hice una práctica voluntaria, durante seis meses, en una empresa de relaciones públicas. Estábamos trabajando en una campaña y me mandaron a hablar con el jefe del departamento para pedirle unos consejos, quien me los dio a través de ejemplos sexuales. A partir de ese momento me comenzó a intimidar constantemente, haciéndome preguntas personales e incómodas. Al ver que no le prestaba atención, un día me amenazó con golpearme, si no le respondía bien una pregunta. Mis compañeras de trabajo, todas mujeres, estaban viendo lo que ocurría y ninguna me defendió. Dentro de la desesperación, le respondí bien. Mi jefe me felicitó por no llorar y se fue. Ese, obviamente, fue mi último día en la empresa. Como consecuencia tuve varias crisis nerviosas y ataques de pánico, por lo que tuve que acudir al médico. Nunca me atreví a denunciarlo, no por miedo, sino por el poder que él tenía”.

“Tenía miedo de ir a trabajar”

Una historia entre colegas

“Todo comenzó con una biopsia que me hicieron en el seno, para descartar la posibilidad de cáncer. Gracias a Dios los resultados salieron negativos. Al incorporarme en el trabajo, tuve que enfrentar – sin razón alguna – un constante maltrato verbal por parte de la secretaria de mi departamento. Por terceras personas me enteré que me estaba difamando, hasta llegar al punto de insultarme directamente. A raíz de esta situación comencé a tener miedo de ir a trabajar, además de lidiar con insomnio y ataques de ansiedad postoperatorios. Un día me llené de valor y le dije a mi jefe, quién estaba al tanto y no hacía nada por ser su amigo, que si la secretaria se volvía a meter conmigo, la iba a denunciarla con recursos humanos. Caso cerrado, más nunca se burló de mí y seguimos trabajando juntas por seis años. Nunca me atreví a tomar medidas fuertes por lástima, soy fiel creyente del refrán: “todo lo que haces se devuelve”, así que tarde o temprano ella pagaría lo que hizo. Gracias a lo que viví, soy lo que soy y me siento feliz conmigo misma”.