Hola. Soy emprendedora. ¡Wuju! Son las 3:00 de la mañana y me estoy despertando para iniciar la faena, pero para ser honesta, ya estaba despierta desde las 2:26 a.m., imaginando todo lo que haría en el día y creando nuevas oportunidades de negocios. Imagino tu cara de asombro. ¿¿Qué?? ¿Tan temprano? Muchos se sorprenden cuando les digo la hora en la cual me levanto y siempre me preguntan a qué hora me duermo, pues imaginan que la vida de emprendedora es despertar a las 10 de la mañana para ver televisión.
Quizás las 3:00 a.m. sea algo exagerado, pero estoy iniciando y me toca trabajar más sin olvidar que tengo un marido, un hijo, dos perros y una tortuga. ¿Se imaginan lo locas que pueden ser mis mañanas en casa? Y hasta hace unas pocas semanas estaba sin nana, aunque aclaremos que ella solo cuida al niño. Mi esposo y yo somos los que limpiamos, cocinamos y ordenamos (sí, tengo algo de suerte con él, pero shhhh no se lo digas).
Entonces te quedarás pensando, ¿cómo hago? Te cuento cómo estoy haciendo para emprender y no morir en el intento.
1. Reducir gastos. Recuerdo que me enojaba mucho cuando los jefes de finanzas de las empresas donde trabajaba me decían que no a alguna inversión. Bueno, así mismo, ahora tú eres la jefa de finanzas. Ahora menos sangrías con las amigas y más cafés con futuras aliadas. Toca ser creativa en las salidas. Si tienes niños, más parques y menos playgrounds. Aprende a entrenar en casa (hay bastantes videos en redes sociales) y ahorra por el momento esa inversión del gimnasio. Si van a salir de paseo, que sea después del mediodía para almorzar en casa.
2. Cursos gratis. Lo gratis no es malo. Instrúyete, aplica en concursos. Aunque no creas que llenas todos los requisitos, seguro sí el entusiasmo. Busca en internet videos, guías y tutoriales para esas áreas que necesitas reforzar.
3. AA. Y nos es alcohólicos anónimos. Es “Ayuda y Agradecimiento”. Busca personas que te ayuden, ya sea con los niños o con tus estrategias. Aunque no puedas pagarles con dinero, por ahora al menos sé agradecida.
4. Sigue: Sigue, sigue. Esto es resistencia. Hasta el momento no conozco a ningún emprendedor que al primer mes llegara a su punto de equilibrio o que se acostara a dormir tranquilo, porque todas las cuentas estaban cubiertas. Aquí un dato adicional: si llega el fin de mes y no puedes pagar algo, trata al menos de abonar o pedir una prórroga de pago y cúmplela. Tus referencias financieras son vitales en esta etapa.
5. Agendar las tareas y establecer prioridades (recuerda que no todo es “urgente”). Si realmente hay pasión, hay tiempo. Sin embargo, no pasa nada si un día los niños se comen un emparedado en vez de una comida megabalanceada. También, si no barres un día la casa, no se acabará el mundo. Organiza tu tiempo y respeta los horarios. No porque estás en tu propio negocio puedes hacer el mandado de todos ni te sobra el tiempo libre. Algunas veces, es mejor pagar para que alguien más te haga los papeles de la placa, que perder todo un día, que puedes destinar a una reunión con un cliente potencial, en ese trámite.
6. Tiempo libre. Si bien es cierto que en el primer punto dije que hay que reducir los gastos, una margarita al menos una vez al mes con las amigas no hace daño. Despeja la mente, que no todo es trabajo.
En mi caso, te puedo contar que los viernes después del mediodía no trabajo y me voy de “date” con mi hijo, ya que sí trabajo los sábados, al igual que mi esposo.
7. Balance. Ese es el mayor secreto para no morir en el intento. Recuerda, no puedes estar en todos los cursos, tampoco puedes ir a todas las reuniones en un día (el tráfico no lo permite). No te preocupes por decir “no puedo” o “no quiero”. Decir no es parte de mi estrategia comercial.
Siempre hay una excusa para no emprender: que si estás casada o si estás soltera; que si tienes hijos o no los tienes. Lo importante es que si realmente es tu sueño, tu pasión y no ves tu vida de otra manera, el momento de emprender es AHORA. El resto de las cosas se irán acomodando.