Muchos elementos se unieron para hacer posible esa imagen. Tres jóvenes que le regalaron la oportunidad a un amigo en silla de ruedas de ver al papa; el papa Francisco con la mano alzada como dándole la bendición; y un fotógrafo haciendo clic con su cámara en ese preciso instante para captar el momento (sin darse cuenta de lo que estaba pasando).
Esa fotografía se volvió viral hace exactamente un año durante la visita del papa a Panamá para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en enero de 2019.
Lucas Henríquez, el joven en la silla de ruedas, tenía entonces 17 años. Su historia apareció en los medios nacionales e internacionales. La gente en la calle lo reconocía. Lo vivido mejoró su autoestima y aumentó su fe, relata ahora su mamá Milixsa Olmedo, psicóloga de profesión. Su hijo vive con parálisis mixta, condición que le fue diagnosticada a los cuatro meses de nacer y que le impide caminar, hablar y mover una mano.
Lucas, tras un año de la foto de la JMJ
Jóvenes de la Chorrera
Lucas aún ve cada semana a sus amigos Rafael, Miguel y Manuel, quienes lo alzaron para que viera al papa cuando pasaba por la Vía España la tarde del 23 de enero de 2019. Juntos forman parte del grupo Solo para atrevidos de la parroquia Inmaculada Concepción, de La Chorrera.
Lucas, tras un año de la foto de la JMJ
En diciembre de 2019 Lucas se graduó del colegio, y antes de recibir su diploma, hizo unas prácticas profesionales con Carlos Yap, el videógrafo que captó la famosa imagen. Desde entonces, están en contacto. “La experiencia fue muy buena; Carlos me ha enseñado a editar fotos y videos. La fotografía me gustaba y luego de las prácticas, me gustó más”, me respondió Lucas a través de un mensaje por Whatsapp. Él se comunica por esta aplicación e incluso bromea con sus allegados.
Lucas, tras un año de la foto de la JMJ
Por un mes, entre octubre y noviembre pasado, practicó con Carlos. Lo apoyaba con el contenido para las redes sociales y editó algunas fotos y videos. Lucas maneja el mouse con la mano con la que tiene mayor movilidad. Con él siempre está una persona que le ayuda a ir al baño y a comer. Durante las prácticas, a veces había momentos de frustración. “Yo le decía: ‘vamos, sí se puede”, cuenta Carlos. También hicieron un recorrido fotográfico en el Casco Antiguo donde Lucas captó a unas jovencitas empolleradas.
Carlos ha ido a la casa de Lucas en La Chorrera. El día que conversé con él iba a visitarlo.
Una vocación
De acuerdo con Milixsa, la mamá de Lucas, la fascinación que muestra Carlos por su trabajo, quien se dedica a la producción de videos de boda, le permitió a su hijo definir su vocación. “Cuando terminó sus prácticas me dijo: ‘mamá, ya sé lo que quiero ser, quiero estudiar esto [la fotografía]’. Fue algo muy natural”, comenta Milixsa. Hace un año, cuando la foto se volvió viral, Lucas quería estudiar informática. Le atrae mucho la tecnología.
En enero de este año comenzó un curso de fotografía digital en la Universidad del Arte Ganexa, un requisito para cursar ahí la licenciatura en Fotografía.
Lucas, tras un año de la foto de la JMJ
La memorable foto se publicó primero en la cuenta de Instagram de Carlos Yap y luego otras cuentas la replicaron. A Carlos lo llegaron a contactar desde Italia y Puerto Rico para conocer la historia detrás de la impactante imagen. Su cuenta de Instagram (@carlosyap_) sumó, en ese momento, seis mil seguidores.
Si la gente no lo reconoce por su nombre, sí lo hace cuando él les dice que es el fotógrafo de la foto viral del papa y Lucas.
¿Y los otros chicos como Lucas? Oportunidades y atención temprana
Lucas Henríquez nació con parálisis mixta; fue diagnosticado a sus cuatro meses. Antes de cumplir los dos años ingresó al Instituto Panameño de Habilitación Especial (IPHE) y estuvo hasta kínder, y luego fue incorporado a una escuela regular. Desde los cuatro meses acudió al Instituto Nacional de Medicina Física y Rehabilitación donde recibió atención de fisiatría, neurología pediátrica, odontología, ortopedia y nutrición, así como varias terapias (fisioterapia, terapia ocupacional, de lenguaje y respiratoria). También ha recibido equinoterapia y el método Therasuit.
Gracias a la Fundación Abou Saad Shriner, ha logrado someterse a ocho cirugías en dos viajes a Estados Unidos (2013 y 2018). El Despacho de la Primera Dama apoyó con los boletos de avión. Estas operaciones (que fueron en el antebrazo, cadera, fémur y sialorrea) le han permitido mejorar su calidad de vida.
La mamá de Lucas, Milixsa Olmedo, recomienda a los padres con hijos con la misma condición de Lucas, o similar, buscar lo antes posible orientación y ayuda profesional y hablar con otras personas que estén viviendo la misma situación.
Lucas, tras un año de la foto de la JMJ