Mi abuela decía mucho la frase “vive y deja vivir“, también decía otra: “qué bonito es respetar la libertad del otro”.
La vida debiera ser simple pero la complicamos más y lo cierto es que todos contamos con un tiempo fijo en este mundo. Este análisis lo hago cuando vivo situaciones desagradables en las que se ponen por delante los egos y el deseo de tener y de poder. Cuando me entero de personas conocidas que parten de este mundo es cuando más pienso que se necesita hacer más, amar más y decir las cosas que creemos andan mal.
Hace una semana mientras manejaba a mi trabajo me llamó la atención un joven en saco y corbata conduciendo un scooter eléctrico. Observé que me adelantaba por la velocidad de su medio de transporte. Pensé que debido al alza de combustible van a popularizarse otros medio de transporte distintos. Así mismo, pienso, los ambientes de trabajo necesitan modernizarse para adaptarse a nuevas realidades.
A veces internamente en las organizaciones, sin que nos demos cuenta, se viven intrigas, bochinches que dañan el clima de trabajo y a las personas y se le da más importancia en sacar la operación de trabajo que al bienestar del empleado. Es como en la familia, debemos estar alerta a las señales y por más insignificantes que puedan ser, debemos visualizar con luces largas e involucrarnos para evitar situaciones que puedan ocasionar un mal desempeño por estrés y hasta pudiera producirle una mala imagen a ese lugar.
Se deben reforzar más los valores de la organización, principalmente el valor del respeto y de las personas que participan en ella. No permitir actuaciones dañinas que puedan afectar el trabajo ni la productividad.
En artículos anteriores mi foco de atención ha estado en la importancia de mantener un buen ambiente laboral y la necesidad imperante de encontrar uno para trabajar, a fin de cumplir con nuestra misión de vida de manera productiva para bienestar de nosotros mismos y de nuestro entorno personal.
En ocasiones en el área laboral percibimos falsedad, que no contribuye a los objetivos trazados ni a la hoja de ruta de trabajo. Entonces, ¿vale la pena copiar esos modelos antagónicos de vida? La vida no es para siempre, todos tenemos un tiempo que día con día va expirando de a poco. ¿Porqué en muchas ocasiones continúa la mentira y la ausencia de coherencia y caridad? Es decir, evitamos ser de corazón puro, genuino para entregarnos con sinceridad, buscando el bien común.
La gestión del departamento de recursos humanos debe aspirar a reclutar a personas con actitudes de servicio, con conocimientos técnicos que puedan crear buena sinergia con el entorno. Siempre he considerado que una empresa es lo que es su gente. Eso se percibe cuando el ambiente es agradable y qué fácil es producir y trabajar en un lugar en donde se respire paz y entusiasmo.
Si estás vivo es para actuar con bondad no con maldad, ahora multiplica esas palabras y elévalas a su máxima potencia y se obtendrán resultados maravillosos e inesperados.
Quien diría que veríamos en Panamá, donde la aspiración de muchos es comprar un carro, profesionales en scooter. Bueno, así mismo aspiro a ver cambios de mentalidad en los trabajos y no escuchar como mucho se dice: “si es problemático no importa después que sea productivo, es lo único que interesa“. Ojalá esa percepción sea evaluada y tengamos más organizaciones que trabajen en el desarrollo del buen clima laboral.
¿Qué soy una soñadora? Sí. Pero si no sueño no estoy viva. Así que me animo a hacerlo y decirlo. De repente entre más lo mencione, tal vez alguien me escuche y esté de acuerdo y se multiplique ese deseo.
Seguiremos en otra vuelta.