Ya llevo dos semanas hablando de fútbol. Hoy quería hablar de otra cosa, ¡pero no puedo! Fútbol, Rusia, Mundial, goles, goleadas, Marea Roja, Baloy, banderas, himno y tamborito es todo lo que he pensado, vivido y leído por los últimos días.
La ilusión, emoción y taquicardia de las últimas semanas han sido contundentes. No les había contado esto, pero al partido en Sochi contra Bélgica me llevé en el celular las estrofas de nuestro himno. Claro que me lo sé, pero estaba tan nerviosa que me daba miedo que, a la hora de entonarlo, mi mente se quedara en blanco y no pudiera cumplir mi sueño de cantarlo por primera vez en un Mundial afortunadamente, eso no pasó).
Después del partido de ayer contra Túnez, nuestra Sele viene de vuelta a casa. Independientemente de los resultados de ese juego y de los anteriores, la presencia de Panamá en la cita mundialista le dio la vuelta al planeta. Cualquier persona que tiene orejas, ojos, sentimientos o redes sociales sabe a lo que me refiero.
Nuestra participación no habrá sido la más destacada en la cancha, con técnicas o goles, pero en muchas otras cosas se lleva la Copa. La experiencia fue única e invaluable, y deja varias lecciones, que si las aplicamos a nuestro día a día pueden tornarse en una filosofía de vida, como me dijo hace poco un amigo:
Hay que ser agradecidos. ¿Queríamos estar en un Mundial? Ganchito. ¿Queríamos escuchar nuestro himno? Ganchito. ¿Meter por lo menos un gol? Otro ganchito. Logramos todo lo que pedimos; lo demás es mantequilla. Sin caer en ser conformistas, así mismo es con el resto de las cosas en la vida: hay que agradecer las que tenemos y trabajar duro por las que queremos.
‘Carpe diem’. Del latín al español: “aprovechar el día”. La vida está llena de variables y las cosas no siempre salen como deseamos. Pero hay que vivir el aquí y el ahora, algo que nuestra Marea Roja elevó a un arte durante su estadía en Rusia. ¿Que nos golearon en el partido contra Inglaterra? Sí, pero estar en el Mundial ya era una alegría gigante, una que un marcador inclemente no iba a empañar.
Todo es relativo. Y las cosas no se miden igual. Para mí ese gol de Panamá vale por 10 de Brasil, Portugal y Alemania juntos. Esto es algo que podemos aplicar a tantas facetas en la vida: lo que exigimos a nuestros hijos, lo que esperamos de amigos, colegas, empleados, etc. Cada persona tiene cualidades, debilidades y fortalezas. Lo que verdaderamente cuenta es que cada quien haga su mejor esfuerzo en todo, siempre, y que no se estanque en la complacencia de estar en piloto automático.
Pero la actitud es todo. Y hay que pensar positivo. Como alguien que sigo en Twitter comentó, las personas se pueden dividir en dos categorías: las que están felices por el gol de Baloy, y las que están bravas porque Inglaterra nos metió seis en un juego que terminó 6-1. ¿Qué tipo de persona quieres ser tú? ¿La que ve el vaso medio lleno o la que se queja porque está medio vacío?