Somos muchos los que añoramos algún día poder vivir de nuestras inversiones, generar ingresos pasivos que nos permitan más tranquilidad y construir una vida sin preocuparnos por su costo.
Existe una frontera que separa a las personas que quieren invertir de las que realmente lo logran. Mirando más allá de la educación financiera o el conocimiento técnico, lo que realmente los divide es la mentalidad.
Revisemos algunas de las particularidades en las personas que cultivan su mentalidad de inversionista y cómo tú también puedes comenzar a cultivarla.
Las personas con mentalidad de inversionista están enfocadas en la acción.
• Están dispuestas a dar el primer paso, prepararse responsablemente y comenzar a invertir, incluso si es con cantidades pequeñas.
• No postergan indefinidamente el inicio de sus inversiones.
• Saben que esto es algo prioritario porque el patrimonio que desean construir, los ingresos pasivos que quieren generar o el plan de retiro se construyen con las decisiones y acciones tomadas hoy.
• Siempre están abiertas al aprendizaje.
• No son expertos, pero buscan cómo aprender, cómo mejorar y estar en círculos de personas que estén alineadas con los mismos objetivos.
• Entienden que la inversión más importante está en su educación y formación en las industrias en que desean incursionar.
• No dejan pasar una oportunidad de compartir experiencias y captar la experiencia de sus pares.
• Tienen una visión a largo plazo.
• No son impacientes y saben que las inversiones crecen con el tiempo; por lo tanto, es importante comenzar cuanto antes y hacerlo de la mejor manera.
• Tienen controlado el impulso de la gratificación instantánea y sus resultados financieros.
• Entienden que todas las inversiones tienen un componente de riesgo, pero saben cómo evaluar y gestionarlos de manera informada y calculada.
• Tienen presente que las inversiones no son un juego de azar, sino estrategias calculadas con conocimiento del mercado de inversión en el que están activos.
• Están atentos a las oportunidades de inversión y tienen la confianza para tomar decisiones cuando surge una buena oportunidad, en lugar de esperar indefinidamente.
Con una mentalidad de desarrollo y crecimiento, tenemos la oportunidad de alcanzar cimas que no teníamos idea de que eran posibles. Por eso, toca hacernos una pregunta importante:
¿Estamos enfocados en lograr ese objetivo de ser inversionistas o solo soñamos con lograrlo a través de un golpe de suerte?
Es una formación como cualquier otra y se requiere mucha pasión y dedicación para alcanzar resultados.
Es un camino que inicia desde el fortalecimiento de tus finanzas personales, el desarrollo de pensamiento crítico, el estudio de los mercados de inversión y su comportamiento.
Y tú, ¿qué mentalidad estás cultivando?
¡A salir a vencer!
* El autor es cofundador de la plataforma Bolsillo y Sencillo
* Las opiniones emitidas en este escrito son responsabilidad exclusiva de su autora.
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