Vivimos en un mundo donde todo resultado tiene su origen. Cosas como la salud, tanto financiera como física, son resultados que tienen su origen en los hábitos que desarrollamos producto de cómo nos vamos sintiendo.

Los tiempos de crisis son los momentos en donde más tenemos que hacer un alto al ritmo normal y ver si lo que estamos haciendo nos va a llevar a donde queremos. Debemos estar muy pendientes de cuáles son las razones y bajo qué condiciones estamos decidiendo gastar.

Las compras emocionales son algo que está muy normalizado; la gente siente que apaciguar emociones como ansiedad, tristeza y frustración con momentos de gratificación instantánea es perfectamente justificable. Ahora, no se trata de no gastar en placeres, sino de entender el impacto que tiene en nuestras finanzas si hacemos de esto un hábito y no estamos manejando nuestro dinero de forma inteligente (financieramente hablando).

En estos momentos que sentimos que no tenemos mucha certeza de lo que serán nuestros próximos días, tendemos a pensar mucho en corto plazo, y es así como tomamos decisiones sin considerar como esto afectará nuestro bienestar en los próximos meses o inclusive el próximo año.

Este es un año que requerirá mucho de nuestro control emocional y pensamiento táctico. Tu mejor aliado será tu presupuesto para los próximos meses. Confrontar la realidad financiera puede ser motivo de estrés, sin embargo, es cuando más necesitamos sentarnos y ver cómo será nuestra realidad, los gastos que tendremos que afrontar regularmente, fortalecer una contingencia para emergentes como el fondo de emergencia, no empeorar nuestro nivel de endeudamiento y optimizar nuestros gastos. Todo esto con la vista puesta en preservar nuestras finanzas para no tener mayores preocupaciones más adelante, complicaciones que empeoren esta situación.

El mundo está dando cambios importantes y eso trae consigo cambios en la dinámica de las industrias. Las formas de generar dinero se están diversificando debido a este shock, los comercios están tratando de comprender y aplicar lo más pronto posible nuevas formas de ingreso dadas las nuevas condiciones de interacción social.

Crisis como estas traen nuevos competidores a las industrias e inclusive abren nuevos mercados. Podemos contemplar qué necesidades están surgiendo y como podrías formarte para brindar un servicio que atienda esta necesidad.

Evitemos entrar en pánico por exceso de información, seamos estrategas, planifiquemos los recursos y seamos realistas con nuestro flujo de efectivo, evitemos caer en consumo innecesario, démosle un sentido y visión a cada dólar que tengamos, ahorremos para las emergencias y mucho cuidado con aumentar las deudas.

Cuando sientas un impulso para gastar en algo que quizá no necesitas realmente, tómate unos minutos para pensar por qué estás haciendo esa compra y si dentro de un par de días aún sientes que es algo realmente necesario entonces adelante. Las emociones tienden a querer conducir nuestras decisiones, de las decisiones se van formando hábitos y estos traen consigo resultados.