La vida, siendo tan dinámica, suele ofrecernos poco espacio para reflexionar a largo plazo sobre nuestro plan de vida, los objetivos que debemos establecer y, aún más importante, el enfoque que debemos dar a nuestras decisiones diarias en relación con ese plan.

A menudo se nos enseña la importancia de formarnos y prepararnos para generar ingresos de manera honesta, lo que nos permite alcanzar metas como la educación y la formación de una familia en las mejores condiciones posibles. Esto es excelente; sin embargo, debemos considerar aspectos adicionales.

Muchas de nuestras decisiones de gasto están influenciadas por nuestra perspectiva actual, y tal vez, por evitar incomodidades o preocupaciones, eludimos pensar en nuestro bienestar en las últimas décadas de vida. Y esto es un tema de enfoque, que se debe alinear en distintos niveles:

La primera línea a la que debemos prestar atención al vivir con enfoque patrimonial es proteger los activos e integridad física y emocional. Esto es posible a través de seguros de automóvil, vivienda, responsabilidad civil cuando aplica y demás. Ahora, no podemos dejar de lado proteger lo que puede afectar la integridad física o emocional, esto también es posible a través de seguros de vida, salud, discapacidad y por supuesto el fondo de emergencia, este último que nos da una tranquilidad y estabilidad emocional cuando la vida da giros inesperados que requieren una capacidad de responder rápido a gastos totalmente inesperados o también para salvaguardar nuestras finanzas en tiempos de carencia.

Luego, analicemos cómo gestionamos los ingresos que tanto nos ha costado ganar. Por esta razón, es fundamental prestar atención al control de nuestras finanzas. Debemos proteger nuestras cifras y mantener el dinero enfocado en nuestros objetivos, evitando caer en tentaciones a través de un sistema de administración financiera. No debemos olvidar la importancia de proteger nuestros planes de crecimiento patrimonial, saliendo de deudas y aprovisionándonos de manera responsable, sin recurrir al endeudamiento para gastos planificados, como la compra inicial de un automóvil o una vivienda, viajes, emprendimientos y bodas (incluyendo la luna de miel).

¡Ahora miremos hacia el futuro! Invierte en ti para mejorar tus opciones de generar ingresos a través de dos o más fuentes y, si tienes la posibilidad de generar aún más, entonces invierte en el “tú” del mañana que va a necesitar apoyo para generar ingresos. Debemos interesarnos más en fondos de retiro, aprender sobre inversiones y crear un portafolio alineado con nuestros objetivos y, lo que es más importante, invertir en el desarrollo de habilidades para ingresos adicionales.

Tenemos que pensar más en la versión del futuro y prepararnos. Vivamos más despiertos al fortalecimiento de nuestro patrimonio capital e intelectual. Existen otras prioridades antes de pensar en generar más para darnos más gustos.

Tu versión del futuro cuenta contigo, no te falles.

* El autor es co fundador de la plataforma Bolsillo y Sencillo

* Las opiniones emitidas en este escrito son responsabilidad exclusiva de su autora.

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