Estamos en ese momento clave para definir lo que será este nuevo año para nosotros. Por lo general, la decisión de lo que queremos hacer para mejorar nuestras vidas en el próximo año. Esas decisiones las tomamos en momentos de mucho positivismo y fe, y eso es perfecto porque es el pie derecho con el que quieres empezar cuando quieres emprender cualquier cosa. Sin embargo, como hemos aprendido año tras año al ver cómo se postergan todas esas metas que nos ponemos, el desear muchísimo algo no será suficiente para lograr tus objetivos.
Si hay dos cosas que debemos grabarnos en la memoria para que nuestros planes se concreten, serían estas dos: Planificación y disciplina en la ejecución. Si no ponemos en una ruta todo lo que tendremos que hacer para lograr nuestras metas, es muy probable que a mitad de camino nos perdamos de la línea y también soltemos (una vez más) ese sueño. Y es que también las probabilidades que tu plan necesite dinero son altas, y con mayor razón, debes entonces anticiparte y revisar todas aquellas cosas que necesitarás durante este año con su costo correspondiente, levantar un presupuesto para estos objetivos y enrutar tu liquidez hacia estos.
Sin embargo, como no todo es perfecto, también debes ver qué tan blindado te encuentras. Si nos has leído durante estos años, seguro conoces muy bien al Fondo de Emergencia, el cual resulta ser un ahorro con la única finalidad de blindarte de situaciones emergentes que te vayan a sacar de enfoque o vayan a desmonetizar tu proyecto de año.
Para aquellos que están realizando su planificación financiera anual por primera vez, háganlo con tiempo y mantengan el enfoque. Piensa en él como un rompecabezas donde, para tomar decisiones financieras, debes considerar piezas como:
La planificación anual es cómo preparar la maleta cuando te vas de viaje. Tienes que hacerlo antes de que despegue el avión. De la misma manera, tu plan financiero debes tenerlo listo antes de que inicie 2022 y así, poder tomar las decisiones correctas.
Por otro lado, enfócate en objetivos puntuales y que sean prioridad para ti. Más metas no es sinónimo de avanzar más rápido sino, en la mayoría de los casos, te lleva a querer hacer mucho y terminar logrando nada.
Préstale mucha atención a tus hábitos de consumo. Muchas veces tu liquidez está siendo afectada porque no tienes una visibilidad de dónde están los límites de tus finanzas y probablemente tengas muchas oportunidades de mejora y enfoque del uso de tu dinero en objetivos más constructivos y alineados con tus meta del año.
Recuerda que si tienes certeza de ciertos gastos que no fallan año tras año, también puedes configurar tu presupuesto para que cuando venga el mes en donde ya toque pagar (como por ejemplo la placa vehicular, seguro e impuestos) puedas atenderlo sin desbalancear tu cuenta bancaria y todo siga en el año según lo orquestado con anticipación.
Y por último y no menos importante, busca ayuda si necesitas para esto, inclusive hacer esto junto con alguien que te acompañe en el camino hará de esta aventura algo más llevadero cuando no te sientas tan auto-motivado ¡La prioridad es lograr tus sueños!
¡Que pases un excelente fin de año y que todo lo que te propongas lo logres!