A diferencia de un infante, todo adulto tiene noción del tiempo y cómo transcurre. Su paso nos afecta y a medida que envejecemos comenzamos a valorarlo. Tiene dos caras: es enemigo o aliado, en función de cómo lo percibamos u organicemos.

No podemos comprar el tiempo, y a diferencia de la trama del film El precio del tiempo, nadie dispone de él para acumularlo y negociarlo como un activo.Nadie puede detenerlo, regresarlo o atraparlo. Solo podemos aprovecharlo y optimizar su utilización.

La felicidad personal o familiar es un tema subjetivo, pues cada persona tiene una definición propia basada en múltiples criterios.

Una investigación de The New York Times publicada años atrás entrevistó a 4 mil estadounidenses con y sin hijos de distintas edades, diferentes ingresos, ocupaciones y estado civil, se encontró que el  64% de los encuestados respondió que la mayoría de las veces le daban más valor al dinero que al tiempo.

Pero, al cuestionarles acerca de su felicidad y la satisfacción en su vida, quedó en evidencia que las personas que daban más valor al tiempo que al dinero eran más felices.

Por otro lado, The New York Times presentó otro estudio que analiza la relación entre riqueza y felicidad, en la que se evidenció que entre mayor es el ingreso económico mayor es la felicidad.  Aquí se encontró que quienes eligieron el dinero, eran propensos a  obsesionarse con tener más porque creen que nunca tienen suficiente, mientras quienes optaron por el tiempo, pensaban más en qué hacer con él y en qué invertirlo.

El tiempo que se va no vuelve

Existen factores que nos hacen dilapidar tiempo: falta de objetivos, no saber diferenciar entre lo importante y lo urgente, tener agendas de trabajo deficientes, no reconocer las debilidades, mala comunicación, hábitos dañinos, distracciones, no contar o utilizar herramientas modernas de gestión del tiempo. La página web Inc.com, aconseja hacer una lista semanal de actividades, analizarla y organizarnos para aprovechar mejor el tiempo.

Tomar tiempo para dormir es vital , pues la falta de sueño afecta el hipocampo del cerebro, haciendo que la persona  no recuerde los momentos agradables  sino que se quede con los negativos. Tómese tiempo para disfrutar de la naturaleza, de los momentos gratos. No haga del dinero su mayor preocupación.

Pequeñas y grandes cosas

¿Se ha preguntado quién suele estar a su lado ante cualquier adversidad?, por lo general, es su familia y por esto es importante estar en contacto, saber cómo están y dialogar sobre las pequeñas cosas del día. Ese tiempo incrementa la felicidad hasta de los introvertidos. Sea solidario con quienes más lo necesitan y verá que su dinero le hace más feliz. Dé algo de usted para ayudar a otros.

El tiempo, su felicidad y la forma en que valore y utilice el dinero se interrelacionan para bien o para mal en su vida.