Si hay un tema tabú en casi todas las sociedades, es el de la muerte. La mayoría no quiere hablar ni pensar en ese momento. Es común que el evento les tome poco preparados, ya sea por ser repentino o porque, aunque una larga enfermedad presagiaba el final, no se tomaron medidas para enfrentar los costos.

Tanto las tradiciones como las preferencias personales influyen sobre las prácticas funerarias. Esto determina si el funeral será simple, privado o religioso. También influye en el precio si el funeral será de cuerpo presente, si habrá velatorio y si este se hará con el ataúd abierto o cerrado; y por último, si los restos serán enterrados o cremados. Son muchas preguntas a responder de prisa si no se ha conversado antes.

Preparar su propio funeral. Cada vez más personas planifican y definen sus preferencias. En algunas ocasiones, pagándolo por adelantado para aliviar a los familiares. Para estas personas esto es una extensión de la organización de su herencia y testamento.

Tal preparación le permite elegir los servicios y le da la posibilidad de comparar los precios de entre varios proveedores fúnebres. También le evita a sus sobrevivientes el estrés de tomar estas decisiones bajo presión y dolor.

Usted puede hacer tales preparativos con una compañía funeraria, pagando en cuotas o adquiriendo uno de los seguros que ofrecen las aseguradores o cooperativas de ahorro y crédito.

Los precios de los sepelios suben con el tiempo, por lo que debe revisar el contrato periódicamente. Otro aspecto a considerar es si sus restos serán enterrados, si los colocará en un nicho o urna, o si serán esparcidas las cenizas. Durante el corto período que transcurre entre el fallecimiento de un ser querido y su inhumación, muchas familias han debido comprar precipitadamente una parcela o tumba en un cementerio; frecuentemente sin tiempo para reflexionar o visitar el lugar. Por esto, comprar las parcelas de cementerio antes redunda en el mejor interés de la familia.

Para evitar disputas. Cuando el difunto nunca expresó sus preferencias es frecuente que surjan disputas sobre la forma del sepelio o el destino del cadáver. Es mejor definir esto por escrito y entregar copias a familiares, a su abogado y conservar una.

No indique sus preferencias en su testamento, ya que por lo general este se abre o lee después del funeral. Evite poner la única copia de este documento en una caja de seguridad porque su familia podría tener que hacer los arreglos durante un fin de semana o feriado, sin posibilidad de acceder a la misma.

No olvide informar a su familia. Si su familia no sabe que usted prepagó un funeral ni encuentra los documentos, tal vez no puedan cumplir sus deseos y terminarían pagando otra vez. Los funerales menos costosos implican la cremación y los más costosos son los tradicionales o en los que se utiliza una carroza y un ataúd.

Trate de planificar todos los detalles sin pensar que por ello acelerará su deceso.