El crédito de consumo aparece como indicador de vigor y crecimiento de la economía de un país. Sin embargo, en el ámbito psicosocial, este indicador puede verse como un reflejo de la crisis personal de miles de individuos.
Distintas investigaciones demuestran la preexistencia de rasgos psicológicos específicos en personas que tienden a sobrendeudarse, en busca de suplir carencias afectivas a través de la adquisición desmedida e irreflexiva de bienes de consumo.
Las deudas se asocian a una variedad de causas internas y externas entre las que están la ansiedad y la culpa, variables que influyen en la salud mental de las personas.
Más que el monto de la deuda, lo negativo es la dificultad para pagarlas. Tener altos niveles de deuda no trae consecuencias negativas si los pagos no representan una carga inmanejable.
No pretendemos aquí demonizar el consumo. Pero es necesario satisfacer de manera equilibrada las necesidades vitales mediante un buen manejo de recursos. Un aumento en la austeridad se acompaña de bienestar en el área interpersonal; mientras el aumento de un perfil hedonista (con mayor tendencia a endeudarse por su comportamiento impulsivo y orientado al placer) se acompaña de disminución de la satisfacción personal, problemas en el hogar y disminución de la productividad laboral ya que el uso del crédito como forma de obtener bienes y servicios podría provocar tensiones, disminuyendo la sensación de controlar las situaciones y afectando negativamente el desarrollo de proyectos.
Las situaciones de endeudamiento crónico pueden llevar al consumo de alcohol, hostilidad, depresión, inactividad física y enfermedades producidas por el estrés. Escucho decir que el panameño está muy endeudado o que le gusta endeudarse más que nadie. No pienso que esto sea así, pues lo está también todo el mundo.
El endeudamiento es un fenómeno que ocurre en el mundo. No distingue edad, sexo o condición socioeconómica. La diferencia entre países y sociedades radica en su capacidad de ahorro y productividad, así como en el grado de educación.
Hay ciertas características psicológicas en personas que tienden a sobrendeudarse: baja autoestima, sentido difuso de la identidad, ansiedad, impulsividad e insatisfacción personal, entre otras. De alguna manera los bienes de consumo llenan el vacío y el dolor que experimentan y, a su vez, aumentan su aceptación social.
Los altos costos de salud pueden ser una razón por la que los individuos se endeudan; se debe sumar a esta causa, la publicidad que incita al consumo descontrolado, los problemas familiares, la falta de educación financiera y la deficiencia de ahorros.
Las soluciones deben provenir de diversas fuentes: la familia, la escuela, las instituciones, los bancos y la iglesia como agentes sociales.