La sola idea de que un evento casual afecte nuestras finanzas puede quitarnos el sueño si no estamos preparados. Nos referimos a una enfermedad, la pérdida del empleo, un accidente automovilístico, un desastre natural, un divorcio difícil o una demanda judicial.

Sin querer ser un mensajero de desgracias, me atrevo a sugerir un conjunto de pasos para prepararse.

1.Como siempre, siga un presupuesto. Aunque parezca trillado, es importante tener un presupuesto cuidadosamente estructurado y bien controlado que ayude no solo a controlar el dinero, sino a planificar futuras opciones de uso e incremento de los recursos.

Vivir en control del dinero que entra y sale de nuestros bolsillos hoy importa más. Hay muchas más opciones de gasto y despilfarro que hace unos cinco años.

2. Maximice sus ahorros líquidos. Mediante un plan ajustado a sus realidades y metas procure incrementar sus cuentas de ahorro, cuenta de cheques, plazos fijos, los cuales son instrumentos de ahorro que en un caso de urgencia le permitan utilizar estos recursos sin limitaciones. Insisto en la meta de tener mínimo de tres a seis meses de ahorros para enfrentar contingencias.

3. Actualice sus conocimientos. Hay que capacitarse continuamente, estar pendiente de las actualizaciones en el propio campo de trabajo y observar los cambios que se están dando en nuestra profesión.

4. Reduzca gastos. Aunque todo en su hogar y vida parezca estar bien, es importante minimizar los gastos del hogar y usar óptimamente los recursos. Mire su presupuesto con cuidado y verá que hay puntos grises con gastos superfluos o innecesarios.

Revise las cuentas de celulares, internet, cable, comida, diversión, luz, agua y automóviles, así como las compras con tarjetas de crédito y deudas.

5. Vigile sus tarjetas. Mire cuáles opciones puede utilizar para reducir el uso de su dinero. Use con prudencia y sabiduría sus tarjetas de crédito.

Pague la totalidad de sus compras y pague siempre más del mínimo, es decir, todo lo que pueda a su cuenta de tarjetas. No use la tarjeta si está al límite.

Considere llevar sus deudas de tarjetas a otro banco o solicitar un préstamo personal para cancelar la tarjeta. Si lo logra, no la use más a menos que surja algún problema que sobrepase su capacidad de pago en efectivo.

6. Incremente sus ingresos. Si paga más a sus deudas, ahorra intereses y puede ahorrar más. Podría alquilar un espacio de su casa, utilizar su camión doble cabina para hacer traslados o manejar pequeñas cargas dentro de la ciudad o fuera de ella, podría convertir su pasatiempo en un negocio.

Otras sugerencias son mantener al día sus seguros y revise sus beneficiarios. Haga su testamento. Revise sus impuestos y el estado de sus propiedades.

En conclusión, estar preparados es mejor que no estarlo, lo cual puede mitigar el efecto de una disminución de sus ingresos.