Quizás entre 6 y 8 de cada 10 hogares en el país no ahorran, y muy pocos tienen seguros. Ahorro para mí es tener una suma de dinero en un banco, cooperativa o quizás en una lata o alcancía en casa para los gastos normales.
En Estados Unidos este tema ha sido bastante estudiado y allá el panorama es muy poco halagador, pues la gente en su mayoría no tiene ahorros. El 80% de los afectados por una emergencia recurre a tarjetas de crédito, empeños, préstamos formales e informales.
‘No puedo ahorrar’. Si su familia es de las que no ahorra, por los miles de motivos que siempre hay, ustedes están en una situación de mayor vulnerabilidad. Ante una urgencia, tendrá que recortar sus gastos, pedir prestado, empeñar, rehipotecar o refinanciar el préstamo de la casa, vender algo valioso a precio de ganga, gastar los ahorros destinados a otros fines, pedir prestado contra el seguro de vida.
Los problemas generadores de presiones financieras más frecuentes en las familias son el desempleo, la muerte del principal proveedor, enfermedades o accidentes, problemas legales, divorcios, así como robos o daños grandes en alguna propiedad.
Estos problemas cobran mayor dimensión al no contar con ahorros o créditos de entidades financieras y mucho menos con seguros que les ayuden a enfrentar esas calamidades.
Son varias las razones que esgrimen las personas para no ahorrar, como el difícil acceso a los productos financieros, los irrisorios intereses que ofrecen las entidades, los bajos ingresos y el elevado costo de la vida, además de una propensión al consumismo inmediato.
Los bancos no promueven el ahorro. El ahorro no depende del nivel de ingresos, sino que es un hábito. Para crear este hábito hay que tener las cuentas claras, utilizar un presupuesto que ayude a organizar los gastos. Pagar las deudas es una forma de ahorrar, pues el interés del crédito es más alto que el del ahorro, sobre todo el de las tarjetas de crédito.
Considero que los bancos y cooperativas de ahorro han descuidado mucho el tema del ahorro. Solo hacen campañas de captación de ahorros cuando requieren más liquidez y las olvidan cuando hay mucha liquidez.
Si tomasen en serio el tema de la responsabilidad social, estas instituciones y el Estado deberían predicar a diario el evangelio del ahorro constante, sin que por ello descuiden el tema de los préstamos responsables que al final contribuyen al ahorro. El ahorro enriquece a un país y su gente.
Hoy las familias que tienen el hábito de ahorrar se inclinan por productos financieros. Otras, acuden a métodos informales como las alcancías , aunque también lo hacen a través de cadenas de ahorro “susú” o cooperativas familiares.
Un seguro es un tipo de ahorros. Fomentar la compra de seguros de diversa índole como forma de proteger el presente y futuro de la familia, los activos y legados familiares, es una responsabilidad familiar.