Átomo fue el nombre que se le ocurrió al diseñador de modas francés Jacques Heim para su creación, que pensó sería revolucionaria: un vestido de baño de dos piezas. La partícula más pequeña del vestir, por eso el nombre de átomo.

Lo malo, siempre hay algo malo, fue que no contaba con la astucia de un ingeniero llamado Louis Reard quien dirigía la fábrica de lencería de su mamá y creó uno parecido al que le puso por nombre bikini, en honor a los atolones o islas donde se hacían una pruebas atómicas, que fueron titular en todos los periódicos de la época: 1946.

Aunque Reard promocionó para el público aquella prenda y todavía hay fotos que lo atestiguan -sí, fue un 5 de julio-, el bikini no se convirtió en un éxito de ventas instantáneo. Era necesario que cayeran más hojas del calendario para avanzar en el siglo y acercarse a la década de 1960 donde el mundo, al menos el occidental, se espelucó de muchas formas.

Ente las décadas de 1950 y 1960 las famosas de Hollywood empezaron asar bikini en la pantalla. Aunque yo me sospecho que debió ser más una decisión de los señores que hacían las películas que de las actrices. El asunto es que eso ayudó a promover la prenda. Se convirtió en algo aceptable, y ayudó que eran los años 1960. Ya sabemos que fue un año muy revoltoso, algo que le hacía falta a esta parte del mundo

En 1951 Eric Morley organizó un concurso de bikini, ¿para qué más?, promocionar la prenda. Al parecer los periódicos llamaron al concurso Miss Mundo. La ganadora fue coronada en bikini, y aquello sonrojó y enfureció a más de uno. Pero a Morley se le prendió el foco, registró el nombre de Miss Mundo y así nació uno de los certámenes de belleza más veteranos del mundo.

La competencia en bikini fue parte del Miss Mundo hasta 2014 cuando Julia Morley, la actual dueña de la franquicia del concurso, lo descontinuó por considerar que ya no estaba acorde con el mensaje del certamen que era belleza con propósito. Pero en 2021 el bikini volvió al Miss Mundo.

Desde entonces del bikini se ha dicho de todo. Bastantes veces ha sido considerado indecente, inmoral, provocador. Otros le atribuyen una cualidad liberadora: que la mujer muestre su cuerpo, si quiere.

200 años antes de que naciera Cristo en Roma se pintaron unas figuras que muestra a unas mujeres practicando deportes en vestidos de dos piezas. Ajá, esos fueron los primeros bikinis. Aquí pongo una foto.

Hasta el bikini tiene su día y es hoy

Estos mosaicos, hechos 200 años antes de Cristo, muestra a unas mujeres en Roma practicando deportes. Sí, en lo que hoy llamamos bikini.

En el mundo ideal la mujer debería poder vestir como quiere sin ser acosada ni violentada. También en el mundo ideal el valor de una mujer no debería medirse por si lleva o no un bikini. Por ejemplo, las deportistas profesionales quieren poder elegir la ropa que usan, en ciertos deportes como el voleibol de playa se les exige usar bikini, pues se privilegia la exhibición del cuerpo a la funcionalidad y comodidad de las atletas.

Ni bueno ni malo es el traje de dos piezas. Depende del significado que las personas le atribuyen y cómo tratan esa elección. Y siempre debería ser una elección no una imposición.

* Las opiniones emitidas en este escrito son responsabilidad exclusiva de su autora.

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