El Día Internacional de la Mujer debe ser un recordatorio de todo lo que podemos lograr si no los proponemos y que nos recordemos a nosotras mismas lo mucho que podemos aportarle al mundo.

Debemos sentirnos orgullosas de lo mucho que hemos logrado y es verdad que ahora tenemos más oportunidades; sin embargo; aún nos falta mucho por recorrer, seguimos enfrentando retos asociados al género en diversos ámbitos, en donde todavía existen estereotipos y prejuicios en cuanto a nuestros roles y capacidades.

La violencia de género sigue siendo una realidad alarmante en todo el mundo, y muchas mujeres siguen luchando por sus derechos y libertades fundamentales; como el acceso a la educación, la salud, la igualdad ante la ley y la protección contra la discriminación y la violencia.

Les comparto algunos datos que lo demuestran:

• Una de cada tres mujeres en todo el mundo ha experimentado violencia física o sexual por parte de su pareja o violencia sexual por parte de alguien que no es su pareja.

• Según el Foro Económico Mundial, la brecha salarial global entre hombres y mujeres es del 16%.

• El 80% de las mujeres han experimentado acoso sexual en el lugar de trabajo en algún momento de sus carreras.

• Hay más de 130 millones de niñas en todo el mundo que no están escolarizadas, según la UNESCO.

Sí, es una realidad, y nos presionamos aún más con las expectativas y creencias de la sociedad, y las expectativas que nos ponemos a nosotras mismas.

Es importante reconocer que no podemos con todo; que si bien puedes amar a tu familia, está bien no ser el ama de casa perfecta, que está bien tener opiniones, vivir todas las emociones, decir lo que piensas... Y que está bien tener grandes sueños profesionales y tratarte como una prioridad.

Como mujeres, a diferencia de los hombres, siempre se nos ha permitido ser sensibles; pero esto, a lo largo de los años, se empezó a asociar como una debilidad, especialmente en lugares de trabajo, en donde se creía que, por ser más sensibles, las mujeres no podían tomar decisiones racionales.

No asocies esas emociones como algo negativo; por el contrario, esa vulnerabilidad ha probado ser muy efectiva al momento de tener posiciones de liderazgo, porque nos hace líderes más empáticas.

En lugar de tratar de esconder o combatir esa vulnerabilidad, vamos a abrazarla. No es sinónimo de debilidad, es lo que nos hace humanos.

Quiero que este mes lo celebremos deseándole a la mujer que está al lado la misma prosperidad que deseamos para nosotras mismas. Que eso que dicen de que el enemigo más fuerte de una mujer es usualmente otra mujer no sea verdad, dejemos de juzgar a otras en base a nuestras creencias y a nuestras propias limitantes. Apoyemos a aquella mujer que emprende, o que sale a la calle y no tiene miedo a llamar la atención.

¡Vamos con todo!

* Las opiniones emitidas en este escrito son responsabilidad exclusiva de su autora.

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