Dicen que en la vida tenemos que sembrar un árbol, escribir un libro y tener un hijo. Ya yo le puse check a las dos primeras y quiero compartirles mi experiencia escribiendo mis libros porque sé que muchas personas tienen este sueño y es un proyecto que está al alcance de todos. Cada uno de nosotros tiene el potencial para escribir un libro porque la vida misma es la principal inspiración para sacar adelante una meta como esta, y cada uno tiene una historia que contar.

El proceso de escritura es un proceso personal, que te hace ver adentro. Algunas personas escriben por pasión a las letras, otras escriben porque tienen algo que quieren compartir con el mundo, y otros simplemente lo hacen como terapia.

El 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro, así que te comparto algunos tips a la hora de escribir un libro:

- Encuentra tu propia voz escribiendo: qué quieres decir, qué quieres contar. Empieza a escribir. Puede que el primer escrito no sea perfecto ni el segundo, pero poco a poco puedes ir encontrando esa voz auténtica, ese estilo de escritura, esa historia.

- Define un propósito: ¿por qué quieres escribir?

- Crea una tabla de contenido o índice: una guía de lo que hablarás en tu libro. Esto te permitirá crear una estructura, definir los temas de los que vas a escribir. Esta información puede variar luego, sin embargo, ya tendrás una guía que te dará mucha más confianza para avanzar.

- Dedícale tiempo a tu proyecto: hay días en los que la musa creativa sale, pero hay días en los cuales tienes que sentarte y escribir. Como un trabajo, colócale horario a tu escritura.

- Ten cerca fuentes de inspiración: en mi caso, el vinito y el café son grandes compañeros de inspiración al momento de escribir.

- Define una fecha de publicación: la organización es clave para sacar el proyecto adelante, tener una fecha de finalización para el proyecto te ayudará a programar tu mente para cumplir con el objetivo.

- Rodéate de aliados: son muchos detalles (portada, fotografía, diagramación, diseño, corrección de estilo y de contenido, imprenta, precio de venta, mercadeo, logística). Es un trabajo que no solo conlleva escribir. Rodéate de personas que tengan experiencia y te puedan guiar.

Escribir es un acto de valentía, porque como autor eres responsable de las palabras que plasmas ahí. Una vez que tu manuscrito esté terminado, déjalo descansar, apóyate en alguien de confianza que te dé su opinión sincera y te ayude a elevar tus ideas. También elige a un corrector o editor que te de su punto de vista profesional.

El miedo siempre va a estar, la inseguridad en el proceso es normal, hay lágrimas hay frustraciones… pero no te detengas hasta ver el libro terminado, no hay un sentimiento más bonito que ver esa meta cumplida.

Empieza ya, todo lo demás viene en el camino. Recuerda que para escribir, primero tienes que vivir.


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