Una de las reacciones más comunes en reuniones de trabajo, relaciones de pareja o amistades es la actitud defensiva, que suele surgir de forma natural como respuesta al miedo, al ego o a la necesidad de tener la razón.
Sin embargo, cuando una persona está constantemente a la defensiva, puede generar cierta distancia y alejar a las personas.
En este caso, vale el esfuerzo tratar de no reaccionar ante algo que no nos gusta, esperar hasta poder gestionar eso internamente y así generar un espacio de comunicación más abierto.
Si te encuentras deseando dejar de estar a la defensiva, aquí tienes algunas estrategias propuestas por el terapeuta John Kim que pueden ayudar:
Toma conciencia. Cuando estamos a la defensiva, tendemos a priorizar protegernos y demostrar nuestro punto de vista en lugar de escuchar verdaderamente a la otra persona. Esta falta de escucha genuina puede hacer que la otra persona se sienta ignorada, invalidada y sin importancia. Con el tiempo, esto puede erosionar la confianza y crear una sensación de distancia en la relación.
Comprende la causa raíz. Tómate un momento para entender por qué estás a la defensiva. ¿Es por miedo, ego o la necesidad de demostrar que tienes razón? Al comprender las razones subyacentes detrás de tu actitud defensiva, puedes empezar a abordarlas de manera más eficaz. Al tomarme el tiempo para reflexionar y ser consciente de mi actitud defensiva, he descubierto que ciertos desencadenantes pueden provocar esta respuesta.
Crea un “reductor de velocidad” emocional. Cuando sientas la necesidad de estar a la defensiva, respira hondo y date un momento para hacer una pausa y reflexionar antes de responder. Esto puede ayudarte a romper la reacción automática y darte espacio para elegir una respuesta más constructiva. Reflexionar sobre las razones subyacentes detrás de mi actitud defensiva también ha sido crucial y me beneficia a largo plazo.
Escucha abiertamente. La actitud defensiva dificulta la resolución eficaz de problemas y conflictos. Cuando estamos a la defensiva, es más probable que nos involucremos en discusiones, agravemos los conflictos y nos atrincheremos en nuestras posiciones. Esto puede llevar a un ciclo de negatividad y resentimiento, dificultando la búsqueda de puntos en común o el logro de soluciones mutuamente beneficiosas. En lugar de defender inmediatamente tu posición, intenta escuchar lo que tu pareja u otra persona está diciendo como si fuera la verdad.
Rompe patrones. La actitud defensiva puede crear un patrón de interacción que se vuelve agotador para ambas partes involucradas. Si una persona está constantemente a la defensiva, puede hacer que la otra persona sienta que está caminando sobre cáscaras de huevo o que está siendo constantemente atacada. Esto puede llevar al agotamiento emocional y a una ruptura en la conexión entre los individuos. Si notas un patrón de actitud defensiva en tus relaciones, es importante romper ese ciclo.
La actitud defensiva actúa como una barrera para una comunicación sana y constructiva. Impide la construcción de confianza, comprensión y empatía en las relaciones.
El cambio requiere tiempo y esfuerzo. Es normal equivocarse de vez en cuando, pero la clave es ser constante en tus esfuerzos por ser menos defensiva.
Si te interesan estos temas podemos trabajarlos!
¡Buen fin de semana!