Hace 22 años, un día como hoy, me casaba por civil. No estaba de moda esto del Día de la Mujer en ese momento. Sin embargo, años más tarde me di cuenta del día que elegí para hacerlo. ¿Qué momento no? Rompí varios patrones familiares a través de ese acto, era la primera que se casaba, luego la primera que tuvo un rol gerencial, la primera que se divorció, la primer mamá de mi grupo de amigas, y así, una abridora de caminos en mi entorno.

Eso generó mucha presión en mí; por un lado lidiar con la problemática de hacerme un lugar en el mundo corporativo, algo que generaba que tuviera que actuar muchas veces como si no fuera una mujer, y el desafío de balancear esa vida con ser madre, esposa, amiga, etc. Hasta que un día me rompí, para renacer.

Cuando nuestro cuerpo se enferma, es una clara señal de que no lo hemos escuchado y es algo que suele suceder cuando hay muchos frentes abiertos.

Mientras escribía este artículo, se acercó mi pareja a conversar. Le expliqué que estaba escribiendo mi columna semanal y que hablaría con él al finalizar la escritura… continué, y al cabo de tres minutos regresó a preguntar: “¿qué comemos?” Comencé a reír porque justamente, el desafío es minuto a minuto. Con tu jefe, marido, madre, hijos, o con tu propia mente.

Hoy compartiré contigo algunos de los desafíos que encontré y que sugiero prestes atención ¡y hagas para brillar!. Y no perderte detrás de un plato de cocina, ¡aunque lo hagas de maravilla!


Conócete y alza tu voz

Saber quién eres, cómo te sientes, qué necesitas, qué te hace ser quién eres. Cuál es tu pasión o propósito. Dedica tiempo a esto, vale cada inversión que hagas.

Sana tu linaje

Conoce tu historia personal, de dónde vienen tus ancestros y qué experiencias ellos han tenido que pasar, descubrirás que hay patrones de conducta repetitivos, se trata de tomar consciencia y sanarlo. Busca ayuda para esto.

No huyas, enfréntalo

Una señal en este caso es la repetición de historias y la procrastinación. Presta especial atención a si eres una procrastinadora serial o si comienzas cosas que no terminas.

Aprende a poner límites

Estar atentas a las formas antiguas que aún perduran en algunas personas. Alza tu voz, aprende a decir qué quieres y qué no quieres.

Quiérete, trabaja en tu autoestima

Cuídate para que te cuiden. Las personas te tratarán como tú te trates. Si quieres ser respetada debes respetarte inicialmente. Eso emitirá una imagen de respeto y se te devolverá de igual forma.

“Para liberarse, la mujer debe sentirse libre, no para rivalizar con los hombres, sino libres en sus capacidades y personalidad”, Indira Gandhi


Algunas otras cosas que puedes hacer:

- Habla, cuenta tu historia.

- Recurre a personas diferentes a tu entorno.

- No seas inmune a la injusticia.

- Colabora entre mujeres.

- Enseña las herramientas que te funcionan.

- No claudiques.

- No te compares.

- No te enojes con los hombres.

- Arma equipos mixtos.

- Trabaja con un profesional tu autoestima.


Algunas de las excusas más comunes que las mujeres suelen usar para para tapar su luz son:

- “Esto es todo lo que puedo hacer”

- “No sirvo para esto”

- “Las quejas, chismes y críticas constantes”

- “No soy tan buena como ellos”

- “Estoy muy ocupada con los chicos, la casa, etc”

- “Realmente lo deseaba”

- “Resulta incómodo hacer cambios”

- “El no me deja”


Espero te sirva, feliz día cada día de nuestra existencia, ¡seas quien seas!


* La autora es life & business strategist. Su sitio web es https://www.paulacabalen.com/. Puedes seguirla en su cuenta de Instagram @paulacabalen

* Las opiniones emitidas en este escrito son responsabilidad exclusiva de su autora.

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