Cuando no tienes hijos y miras a los de los demás tirarse en el supermercado por un chocolate sabes lo que se debería hacer. Si fueran tus hijos no se lo permitirías.
Ten los tuyos y descubrirás que no es tan fácil. Lo que tus padres hicieron contigo, y funcionó, no funcionará ahora. Es más, tus padres no aplicarán con tus hijos, sus nietos, las mismas normas.
Cumplo seis años de ser mamá. Poquito. Pero me ha alcanzado para aceptar que no basta con dar a luz y convivir con un niño para criarlo.
Mis padres, pienso, hicieron un gran trabajo. Nos educaron desde el amor, la paciencia y el sentido común.
Crecimos en medio de la crisis y la Invasión. Mis papás no tuvieron que lidiar con: ‘mamá, yo soy la única que no tengo…’. Es que casi nadie tenía.
Mis padres me criaron para apreciar cada pequeño regalo. Pero hoy nuestros hijos están expuestos a una sobreabundancia. Mamá me insistió que estudiara duro para no pasar necesidades. Nuestros niños ven demasiados malos ejemplos de gente que hace plata fácil.
Soñaban mis padres con que encontrara un buen trabajo. Las nuevas generaciones deben prepararse, también, para trabajar para sí mismos.
En mis tiempos los niños debían ser obedientes. Hoy necesitan saber escuchar y respetar pero también deben saber decir que no. Solo digo que hoy el mundo es diferente, y eso no es malo. Amar a los hijos es fundamental, pero no basta. Lo sabes cuando llevas 10 veces de decirle recoge eso o vístete. O cuando descubres y aprecias que ellos tienen su propia personalidad y carácter. No son como tú.
Se necesitan recursos y herramientas para guiarlos en este nuevo mundo. Buscarlas no nos hace menos.
Después de leer un poco descubres que los hijos no hacen berrinches para sacarte de quicio. Que gritarles o pegarles es un desahogo para el adulto, pero no mejora, de raíz, la conducta. La solución tampoco es complacerlos para evitar el conflicto.
Sacrificar todo (aquí llene usted el espacio) por ellos tampoco los hará más felices, ¿acaso ellos le han pedido eso?
¡Ah! Y ni crea que los niños nacen sabiendo todo de la tecnología e internet. Sin una guía ni pensamiento crítico no van a aprovechar esos recursos, al contrario de ellos se van a aprovechar.
Así como tomamos cursos y leemos sobre habilidades nuevas, hay que invertir tiempo en aprender sobre crianza. Existen escuelas para padres en los colegios. Hay sitios especializados en internet. Charlas gratis. Podemos consultar a especialistas o hablar con otros padres que admiramos y preguntarles cómo hacen.
Advierto: no hay una fórmula ni manual único. Pero con información podemos escoger el estilo de crianza que se ajuste a nuestra familia y valores.
En mi sexto aniversario de ser mamá tengo grandes sueños para mi hija, pero quiero ayudarla a encontrar los suyos y que vaya por ellos.