Hace unas semanas le dije a mi hija que debía limpiar su mesa de trabajo. Respondió que lo haría, pero preguntó si podía ver, a la vez, un video ‘relajante’ de Auri Katariina en Youtube.

Así conocí a esta mujer de Finlandia que por años fue jefa en una empresa de limpieza y ahora va por el mundo limpiando las casas más mugrientas. Tal cual. Esto es posible debido a su gran corazón, sus seguidores que la han hecho famosa y un par de patrocinadores de productos de limpieza. Creo que también le ayuda no ser una piquis con la suciedad.

Yo no sé si un día se anime a venir a Panamá, pero si usted quiere que vaya a su casa a limpiarla, primero tendrá que mandarle videos que demuestren que usted vive en una zona de desastre. Debe tener cerros de latas de soda en un rincón, docenas de cajas de pizza vacías debajo de la cama. También ayuda un piso tan lleno de polvo que ya no sea posible recordar de qué color es. Si en su refrigeradora los alimentos no tienen por lo menos un año de vencimiento no la convence.

Entre más sucio, mejor repite ella con una sonrisa que nunca es de burla. Cochino, asqueroso, chiquero son palabras que difícilmente salen de la boca de Auri Katariina. Su meta no es criticar ni juzgar. Quiere ayudar.

A diferencia de los programas de renovando la casa y/o los armarios, donde los expertos hacen sentir tan mal a los propietarios por su desorden, Auri Katariiana abraza con sus palabras y su paño enjabonado.

Y es que ella ve -incluso bajo un cerro de escombros- que el caos de las casas es un reflejo del caos interior que sufren sus habitantes. Mientras arranca la grasa imposible de una estufa, cuenta las historias de las personas y deja ver como la depresión, los traumas y los lutos no resueltos y acumulados las han llevado a esa situación. Están desbordadas por dentro y por fuera.

Ella limpia y sonríe. Deja en vergüenza a todos aquellos que hemos soltados sapos y culebras porque alguien dejó un litro de leche vacío en la refrigeradora. Hace con alegría su trabajo, insiste en que ama limpiar y ayudar a las personas. Siempre dice que es bueno buscar ayuda y atender la salud mental. Ella pasó por una depresión cuando era muy joven y sabe lo que es sentirse juzgada e incomprendida.

Las situaciones de estas casas son tan tremebundas que mis ojos no lo resisten. Al principio, pensé que todo era un montaje de Auri Katariinna para obtener likes, pero aún así sería una manera admirable de enseñarnos a mirar más allá de las apariencias y a actuar en lugar de juzgar.

* Las opiniones emitidas en este escrito son responsabilidad exclusiva de su autora.

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