Le escribo a usted, sí, a usted que está tan nervioso o nerviosa, ¿verdad que ya quiere que llegue el día de las elecciones? Lo mismo queremos todos.
Sí, yo sé que algunos dicen: “a mí no me importa quién gane. Igual tengo que trabajar mañana”. Cierto. Tienen que seguir trabajando. Vamos a escoger presidente, no a un mesías.
La vida sigue, pero hay que preguntarse de qué modo si hacemos como que no nos importa lo que ocurre alrededor. Tampoco podemos rendirnos.
¿Les suena la palabrita brexit? Sí, ¿verdad? La mayoría de los jóvenes ingleses no quería salir de la Unión Europea, pero no fue a votar en el referéndum de 2016. Votaron los que sí querían salir: personas mayores de 65 años, y ahora el brexit es un hecho y un berenjenal que afectará la vida de quienes no votaron.
Pero esta columna no se llama Carta a los que no quieren votar, y mis palabras hoy son para quien triunfe en las elecciones.
Si gana un candidato independiente, será un hecho histórico. Señora o señor independiente, si triunfa, tenga claro que no le votaron a usted. Votaron por el cambio. Habrá altísimas expectativas. No las podrá cumplir todas. Imposible. Y es que usted será presidente y no el salvador. Pero eso no es excusa para hacerlo regular.
Lo que sí puede hacer es mantener sus promesas. Ser honrado(a) y no mirar para otro lado cuando a su alrededor quieran robar. Y eso va a pasar. Cuídese mucho de repetir las conductas de los políticos que tanto criticó.
Si gana un candidato de un partido tradicional, tengo que decirle que se salvó por poquito. El país le dio otra oportunidad. No lo decepcione. Use la estructura de su partido para favorecer a la nación. Usted es el presidente, ahora dirija.
A cualquiera que gane le digo: rodéese de gente capaz, pero honesta. Busque a los que usted contrataría para su propia empresa. Escuche al que le halague, pero más al que le ofrezca otro punto de vista.
Saque callos rápido, pues lo van a evaluar y caricaturizar. Eso viene con el paquete. Comunique bien su trabajo, pero, sobre todo, no haga cosas buenas que parezcan malas, y menos malas que parezcan buenas.
No desbarate los avances que ha hecho este gobierno o los que estuvieron antes. No despida a quienes están haciendo bien su trabajo solo para complacer a sus allegados.
Dese un momento para celebrar y póngase a trabajar.