En una universidad de Colombia se hizo famoso un video de un grupo de amigos que muestra cuando una muchacha cae al suelo. Segundos antes, uno del grupo había intentado levantarle la falda, a modo de broma. Ella, disgustada, trata de evitarlo y cae.
Poco después del video, la universidad lanzó una recomendación a las estudiantes: por favor, no usen minifalda. Claro que después de un gran rechazo por esta sugerencia, que ponía la culpa en la mujer, la institución la retiró.
Me enteré de esta historia una mañana escuchando noticias en la W Radio. Allí una periodista colombiana comentó que, cuando era pequeña, los niños siempre trataban de levantar la falda a sus compañeras de clases; lo que hacían ellas y le recomendaban a sus mamás, era ponerse pantalones cortos debajo. Poco esfuerzo se hacía por reprender a los niños.
Durante los carnavales en Brasil se compartió una campaña que decía algo así: ‘Cuando una mujer usa minifalda, es porque quiere usar minifalda. No significa más nada. Hay que respetar a las mujeres’.
Ustedes que me leen y yo seguro crecimos con esta frase: ‘las mujeres tienen que darse a respetar’. Eso quiere decir no mostrar de más, no provocar.
Pues, eso que nos enseñaron no está funcionando. Las mujeres siguen siendo acosadas y abusadas. ¿Cuándo vamos a enseñar a los hombres a respetar? No importa de qué manera se vistan los demás.
La estudiante colombiana a la que le levantaron la falda, no usaba minifalda. Y es que al final todo lo que se ponga una mujer va a parecer insinuante, la blusa manga corta, los bermudas, su sonrisa o su cabello.
Mientras escribo, una mujer musulmana ha denunciado cómo a las mujeres se les toca inapropiadamente durante la peregrinación a la Meca, y pide que pare ese abuso con una campaña #MosqueMeToo (Mezquita, yo también), nombre de la etiqueta que utiliza en redes sociales.
Le han seguido docenas de mujeres manoseadas a los 15 años en ese lugar sagrado, pues allí van miles de miles apretujados, y hasta hace poquito ninguna se habría atrevido a hablar de esto en público.
¿Me van a decir que a la Meca las mujeres musulmanas van en minifalda?
No tenemos que cambiar la ropa, sino las ideas.