Por estos días me parece que todo el mundo está escuchando a Yokoi Kenji. ¿No saben quién es?

Yokoi Kenji (no me lo confundan con Kenji Fujimori) es un colombiano-japonés que tiene gran éxito en YouTube e internet gracias a sus charlas motivacionales, donde presenta lo mejor de los dos mundos donde se crió.

Desde niño la gente lo etiquetaba: “usted debe ser inteligente porque es japonés”. Él, con humor colombiano, explica que lo de los japoneses no es inteligencia, sino disciplina. Para un japonés no hay eso de llamar para decir: “llego en un segundo”, que en Colombia y en Panamá puede significar: “voy en un tranque del dianche, pero voy” o “estoy entrando a la ducha”.

La puntualidad, así como el orden, son allá la regla, no la excepción.

El escritor Mario Vargas Llosa suele decir que escribir es disciplina. Además de talento hay que seguir un horario. Mejor si es tan largo como uno de oficina.

Igualito aplica para la música, como lo dijo el director de proyectos musicales Ulises Sanher, músico mexicano que estuvo en Panamá para el Festival de Música Urbana, Mupa, del Municipio de Panamá. “Nuestra música mejoró cuando empezamos a trabajar tanto en horario de oficina como en el escenario”, dijo Sanher a los asistentes al auditorio Gladys Vidal donde se dictaron varias charlas sobre el negocio de la música.

Otros expositores vinieron a compartir con los panameños ideas para vivir de la música. ¿Sexo, drogas y rock and roll? Es una frase que ilusiona a muchos, pero que hace más daño a los que creen que basta con tener un talento para salir adelante en un mundo competitivo y donde se espera puntualidad y el cumplimiento de un contrato.

Cierto es que hasta en las profesiones que parecen más románticas o glamorosas, si no hay trabajo duro es poco lo que se puede lograr. Como lo contó Esopo en su famosa fábula la liebre perdió contra la tortuga cuando decidió confiar en su rapidez en vez de concentrarse en la carrera. Lo irónico es que no estoy contando nada nuevo.

Panamá es un país lleno de riquezas naturales y talentos, pero eso no es suficiente. Además de ganas, hay que añadir disciplina a la vida.