En este momento tengo los ojos fijos en la Sra. inspiración. Pero tiene una mirada que no me gusta. ¡Qué atrevida! Ahora ha puesto los ojos en blanco. Su lenguaje corporal, sin duda, dice: “¿me quieres? No me tendrás”.
Pero, ¿es que acaso no entiende que la necesito desesperadamente?. Me urge para escribir un artículo que debo terminar ya. Tengo todos los elementos para hacer una pieza muy buena, las entrevistas, la investigación, el reporteo en sitio. Solo me falta una cosita: empezar.
Si llega la inspiración tendré las palabras perfectas, el título indicado, el giro sorprendente, el final potente.
Pero aquí estoy. Llevo horas esperándola. Ya acompañé mi desayuno con un jugo verde, hice una respiración pranayama, he encendido un incienso (hasta eso) y he visto dos capítulos de La Reina de las Lágrimas. Y nada.
Tengo que aceptar la realidad. Tal como lo dice Mel Robbins (sí, también la escuché mientras esperaba la inspiración) no existe algo así como la inspiración. Y si existe no hay que confiarle mucho. Eso último lo deduje yo solita.
Robbins utiliza la regla de los cinco segundos y hasta escribió un libro exitoso sobre ello. La regla de los cinco segundos debes utilizarla cuando quieres o necesitas hacer algo, pero entonces te pones a pensar que no es el mejor momento, que no estás lista, no encuentras las palabras, te falta otro diplomado, después puedes hacerlo. Todos esos pensamientos, que no es más que darle vueltas a las cosas, puedes neutralizarlos, o la mayoría de ellos, con contar hasta cinco.
Es sorprendente saber, y a la vez un alivio, que prácticamente nadie quiere hacer las cosas que tiene que hacer. Nadie quiere tener esa conversación difícil, nadie quiere revisar sus finanzas, sacar todo lo que tiene en la despensa. Esas cosas se hacen porque se tienen que hacer y porque hay que hacerlas. Punto.
La motivación para levantarse un día a las 5 de la mañana no existe, o existe un día y después se esfuma. Quienes mantienen haciéndolo es por consistencia y a veces contra su propia voluntad. Bueno, hay un par que lo disfruta.
Inspiración no te voy a mirar más, ya que no vendrás me voy a ocupar en hacer lo que tengo que hacer. Quizás no sea el mejor artículo, pero se hará. Y hecho es mejor que perfecto.
* Las opiniones emitidas en este escrito son responsabilidad exclusiva de su autora.
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