Hace un tiempo descubrí que las noticias negativas, los chismes y hasta la vulgaridad son como un caramelo, mejor dicho, como unas papas fritas de paquete. Todos sabemos que son malas para la salud, pero dame unas para picar que tengo hambre.

Usted me va a decir que eso es falso, que a todo el mundo le gusta escuchar buenas noticias y recargarse de mensajes positivos. De esos que le mandan a uno por cadena en los teléfonos. Por eso Álvaro Alvarado ponía en la mañana un mensaje positivo sacado de Facebook, que era casi la parte favorita del telenoticiero.

Pero una cosa es lo que la gente dice y otra bien distinta lo que hace. Si usted le pregunta a un gran público con quién prefiere una cena: con Malala, la premio nobel de la paz, o con Maluma, yo estoy segura de que muchos dirán que con la primera, pero si en “vida real” tienen que escoger, no se extrañen de que elegirían al segundo.

Lo que yo vengo a decir en esta columna es que cuando alguien comenta o escribe: “fui a la pizzería tal y me trajeron la pizza fría y con el ala de un bichito…”, sale todo el mundo a comentar y a compartir esa supuesta información. La repiten aunque no sepan si es verdad o ni siquiera conozcan al que la dijo.

Como es algo malo, hay que denunciarlo a toda voz, pensamos. Pero a veces se señala y acusa sin escuchar la otra parte y sin verificar.

Pero cuando alguien comenta: “Estuve en el lugar tal y me atendieron bien”, eso a pocos les importa. Eso no obtiene mil likes ni pasa a ser trending topic. Si además escribo: “me encanta el almacén E o la farmacia R y me tratan siempre bien en el supermercado M”, enseguida saltan las alarmas porque seguro me están 00pagando por decir eso.

Una aerolínea panameña es la más puntual del mundo; ya nadie hace un alboroto por eso. Se hace si se forma un despelote.

Ya está aquí la Jornada Mundial de la Juventud. Si hay que criticar o cuestionar algo, hagámoslo. Para eso estamos, por fortuna, en un país libre. Pero si vemos actos positivos de hospitalidad, generosidad, actos que muestran lo mejor de nosotros, también vamos a decirlo y a celebrarlo.