En vista de que ya no me voy a convertir en escritora de novelas románticas, y al cabo que ni quería, procedo a hacer un servicio social en esta columna, otra vez.
Mas de una pensará que su vida, o pareja, ya es lo suficientemente anti romántica como para agregar ¿o quitarle? más. Pero no se trata de eso. Me voy a referir al seudo romanticismo que viene en pócimas llamadas canciones, telenovelas y cuentos de Disney, que sobre todo las mujeres bebemos y nos hacen creer en fantasías nada inofensivas.
Eso, y no es broma, ha hecho y sigue haciendo mucho daño. Las mujeres entran en relaciones con la cabeza y el corazón lleno de esas fantasías y luego despiertan en una pesadilla.
Si me cela es porque me quiere: Las personas que quieren se interesan una por otra, se respetan y se apoyan. No se desmeritan, no buscan apartar a sus parejas de sus amigos ni las acusan de ser infiel cada vez que saludan a alguien en la calle.
Mi amor lo hará cambiar: Eso no es así, aunque lo digan las novelas turcas. El amor es muy poderoso pero no transforma a las personas inseguras en aplomadas. No cambia a las personas desleales en fieles. Tampoco cura adicciones al alcohol o a otras drogas. Una conducta o actitud indeseable durante el noviazgo solo se volverá insoportable en la vida juntos.
‘Vivieron felices para siempre’: Si esta frase fuera un medicamento el Ministerio de Salud ya la habría descontinuado. Hace mucho daño a la gente creer que después del matrimonio todo se resuelve mágicamente. Pero más daño le hace, creer que tienen que seguir ‘para siempre’ en una relación donde su salud y su vida está en peligro
En Gran Bretaña se dieron cuenta de qué los jóvenes están siendo víctimas de relaciones abusivas de pareja. Intentan acabar con esto mediante una clase en las escuelas sobre educación para las relaciones, que se da desde septiembre de este año, según cuenta un artículo de la BBC Mundo.
Desde 2015 las leyes británicas penalizan el comportamiento controlador o coercitivo en una relación íntima o familiar. Y reciben cada vez más denuncias de jóvenes de aproximadamente 16 años quienes no notan los signos de un noviazgo en el que son manipuladas, aisladas y violentadas físicamente. Pero hay que recordar que no solo los golpes lastiman.
De las relaciones de pareja se debe hablar en la escuela, al igual como se nos debería enseñar finanzas personales, cocina y autoliderazgo.
No es normal ‘pedir permiso’ para todo a la otra parte, ni dejar de crecer académica o profesionalmente para no herir el ego de la otra persona. El amor no es sufrimiento, ni aunque lo diga una canción.