Lo que voy a decir aquí no es lo que piensan. No diré que ser de la Generación X es lo mejor; que gracias al cielo nací en los años setenta o que soy por ello la más rareza (referencia para panameños de la generación X).

Cuando puse el título a este escrito me refería a que suelo pasar agachada en esa disputa sin sentido (como casi todas) que existe entre las generaciones desde el año 2000 para acá. Qué si los millennials (nacidos después de 1981) son esto, que si los baby boomers (nacidos antes de 1964) son aquello, que si los de la generación Z son lo otro. Todo malo.

Creo que la primera vez que leí sobre esta división fue en una revista Selecciones, como a principio de los años 1990. Puede que viera alguna que otra referencia en libros sobre ventas y publicidad.

Quizás yo no estaba tan informada, pero me atrevo a asegurar que entonces no se hablaba de generaciones, como si se tratara de una rivalidad entre los Decepticons y los Transformers (otra referencia para la generación X).

Yo no pensaba en mis padres como boomers. Ni pensaba en mis primitos como millennials. No los ponía en cajones como ahora se hace con tanta facilidad.

Tú eres baby boomer, tú eres millennials, tú eres centenniall o generación Z, que si uno muy rígido y que si el otro muy relajado.

Noten que casi nadie habla de la generación X. Pasamos agachados o somos mantequilla (otra referencia a... bueno, ya saben).

Esos sesgos están bien para los que hacen las campañas de mercadeo y quieren vendernos jabones o refrigeradoras inteligentes, pero no funcionan igual de bien en una familia, una oficina o en un grupo comunitario.

¿En serio creemos saber todo de alguien por el año en que nació? Hasta los gemelos son distintos en sus gustos.

Los baby boomers criaron a la generación X y a algunos millenialls. La generación Z ha sido criada por los millenialls y también por los de la generación X. Unos a otros nos pasamos conocimiento, aprendiendo y desaprendiendo.

Cada uno enfrentó el mundo que le tocó, con las herramientas que pudo. Veamos a la gente por quienes son, no por lo que otros dicen.