Hace poco tuve un encuentro con una persona un tanto particular.
Estaba en el consultorio esperando a que el doctor me atendiera, y en eso sale “Miss Silvi” y me dice: “puede venir conmigo un momento, quiero presentarle a alguien”. Me levanto y está una señora en una de las oficinas, que al parecer estaba esperando al doctor para ver cuál sería el tratamiento a seguir, después de haber sido diagnosticada con cáncer, Miss Silvi, que le encanta usarme como ejemplo, le dice: “mire, ella ya pasó por eso, y mire que bien se ve”. La señora me mira con una cara de signo de interrogación, prácticamente insinuando… ¡y a mí que… me importa!
Yo ignoré la expresión, y comencé a hablarle brevemente de cómo me había ido en el tratamiento entre otras cosas, y no se por qué me da por quitarme mi “Anne Hathaway”, es decir, mi peluca, para enseñarle como salía el cabello posquimioterapia, y ella me contesta literal: “te ves horrible sin la peluca”; yo hago una pausa, Miss Silvi y la secretaria, no sabían donde meterse de la pena, y yo le contesto: “estoy clara, es por eso que uso la peluca, además esto es temporal” y en eso sale el doctor y se la lleva. Yo procedo a colocarme mi peluca y a sentarme en la salita a esperar mi turno.
Pasó como 1 hora y tanto, yo me imaginaba cómo podía ser la consulta de esa paciente con el doctor, dada la personalidad con la que me había encontrado. Sin embargo, cuando ella termina su consulta, se me acerca y me dice:
“Afortunadamente no tengo que pasar por quimioterapia, bendiciones para ti, espero que estés bien..” y entonces entendí que toda su actitud, era por el susto de lo que le esperaba…
Después de este encuentro, que también nos da un shock de realidad, pues es innegable que hay un cambio radical en el físico; la diferencia es que ella me lo dijo directo en mi cara, pero habrán muchas personas que pensarán lo mismo, solo que no se atreven a decirlo o prefieren manejarlo mas delicadamente, para no herir susceptibilidades, pues somos así ni mas ni menos.
Nosotros no podemos depender de lo que piensen los demás, tenemos que convencernos y elevar nuestra autoestima a su máximo potencial. En este momento en el que tenemos tantos cambios notables, somos nosotras mismas las que tenemos que encontrar la fuerza para seguir.
Es probable que hayan cosas que no vuelvan a ser iguales nunca más y mirarnos al espejo duele. Pero esta es una lección disparada directamente a la vanidad, a entender que somos más que esa persona física; y después de todo, ¡hay solución para casi todos nuestros problemas! Si se cae el cabello, existen pelucas; si se nos caen las cejas, ¡microblading papá!, si las uñas están muy frágiles, ¡pónganse shellac!
Cómo verán, si nosotros no nos animamos, ¿entonces quién?