Nuestra vida no para por una enfermedad, cualquiera que esta sea. Somos esposas, madres, hermanas, amigas, dueñas de negocios, jefas, tías y compañeras. Absolutamente todo sigue su curso, estemos nosotras o no.
Hoy mi mensaje es que sí podemos ser superhéroes y es ahora aún más cuando tenemos que poner a prueba nuestros superpoderes. Todos esos ojitos nos están observando, así que si no lo hacemos por nosotras mismas, hagámoslo por todos los que nos rodean, para quienes podemos ser un ejemplo de lucha, de perseverancia, de actitud. Enseñémosles que este no es el fin, es el principio de un nuevo comienzo, una nueva prueba que estamos dispuestas a pasar y que lo haremos con dignidad.
Nada de andar por allí con cara de muertas, hay que arreglarse, vestirse, salir. No tener el miedo al qué dirán, nosotras somos mucho más que ese cabello que no tenemos. Somos seres perfectamente imperfectos y el estar pasando por este momento es una lección para nosotras y para todos los demás. No tengan miedo de aceptar los cambios, que aunque son temporales, pueden ser largos, pero no es nada que no podamos combatir. Esta es una época de renovación que a partir de este momento será constante y permanente.
La última vez que me tocó asistir a tratamiento, decidí ir sin turbante. Me arreglé, me puse unos aretes XXL y entré al consultorio con unos lentes oscuros al mejor estilo de Jackie Onassis (aclaro que los lentes, además de la entrada triunfal, los necesitaba porque ya casi no tengo ni cejas ni pestañas, pero me sirven también para meterle salsa al rol). Ese día en particular había dos chicas más en lo mismo que yo; una se me acercó y me dijo: “qué linda te ves sin el turbante”, y yo le respondí: “mi reina, tú te ves hermosa también”. Es una chica que puede tener como 27 años.
Such is life…