¡Tengo como ganas de salir corriendo y gritarle a todo el mundo que ya terminé! Cada vez que me encuentro con alguien, le digo “¡ya terminé!”, y algunos me miran con cara de signo de interrogación, ¡posiblemente no estaban al tanto! Claro, es que como ahora me parezco a Jamie Lee Curtis, debe ser que piensan que llevé mi estilo al fashionismo extremo con mi nuevo corte de cabello y look ‘salt and pepper’.

Les cuento que esta semana ha estado llena de muchas emociones. Comencemos con que tuve dos últimos días, pues yo pensé que era el 17, Stanley el 15, ¡y finalmente fue el 16! El verdadero último día estaba en corre corre. Casi todas las sesiones eran en la mañana, con excepción de los jueves, que es el día que el doctor me revisaba y tomaban las placas. Como era jueves, seguí la misma rutina, así que asistiría en la tarde. Pero ese día, al mediodía, nos tocaba ir a presentar a la directiva, reunión que se pone en agenda casi con un mes de anticipación, así que no hay excusa para no estar preparadas. Estábamos citadas de 12:00 a 2:30. Siempre ese tiempo ha bastado, pero no podía ser en mi “último día”.

Arrancamos en punto, me atraganté el almuerzo con ganas de comenzar la presentación, pero ese “último día” había mucho que contar.

Eran todavía las 3:30 y no terminábamos, ya me estaba angustiando y no paraba de ver el reloj; hasta que tuve que decirles “respetados directores, en serio necesitamos terminar, hoy es mi última radio”, y con esas palabras concluí y salí corriendo.

Tal era mi desespere, que el doctor me llamó varias veces; yo no había visto las llamadas ya que estaba en la presentación. Cuando me monto al carro, me llama nuevamente y me dice: “te están esperando en el centro, ¿no vas a venir?”, y en menos de 20 minutos, no se cómo hice, ya estaba allí. Les aclaro que nunca llegué tarde, hasta ese día. A pesar de la corredera, tuve tiempo para emocionarme en el carro, PUES ERA MI ÚLTIMO DÍA. Cuando iba manejando se me salieron unas lagrimitas y todo, pero inmediatamente pensé que ese momento no merece lágrimas, no ¡qué va!, ¡tiene que ser pura felicidad! Así que disipadas esas lágrimas, entré con alegría, saludé a todos y me fui directo a mi cabina a cambiarme. Irónicamente, ese día me puse la camisa más complicada que tengo en el clóset, así que necesité ayuda para desvestirme. Pero la emoción era tal, que whatever, ¡que me ayude Stanley, si es necesario!

A pesar de ser la última paciente, y de que ellos ya querían desarmar todo para irse, yo documenté ¡TODO! El antes, el durante y el después. En el primer mensaje: “NO QUIERO VERTE MÁS NUNCA, STANLEY!”, ni piensen que es que me trataron mal, todo lo contrario, fueron un amor, pero comprenderán que no quiero regresar EN MI VIDA. ¡¡¡NEVER, EVER, FOREVER!!!

Me fue muy bien en todas las sesiones, mi piel respondió perfecto…. hasta ese día. Se me puso la piel toda roja y tengo una quemada en el cuello, ¡pero no importa! Esto es chicken feet en comparación con todo lo vivido.

Pasaron 10 meses desde el momento en que recibí la noticia, en la que pasé del miedo a abrazar esta batalla de una vez, sin estrategia alguna para la guerra. Me lancé de boca, porque no quería esperar ni un minuto. Cada tratamiento, cada semana que pasó, la tomé como vino. No me desesperé, hasta el mes octavo, en el que ya la ansiedad estaba en su máximo potencial, para que me volvieran a crecer las cejas y pestañas; con la cocobolita podía todavía, aunque les confieso que absolutamente todos los días me veía con un espejo magnificado 7X para ver la micropartícula de cabello que me había salido.

El tiempo pasó y heme aquí, contando la historia….

La realidad es compleja, pues no estoy en remisión… faltan todavía cinco años de seguimiento. Hay que esperar un mes para hacerme una nueva mamografía, cita con el radiólogo, el oncólogo y el cirujano. Cada mes y medio tengo que hacerle flushing al catéter, cada 3 meses, exámenes de sangre and so on…

Sí, puede haber sido mi relativo último día, pero es de una etapa nada más, una batalla ganada, pero no vencida, pues “once you are a patient, you are always a patient…”.