Los colores y encanto de un bosque mágico envuelven la mirada al entrar al atrio principal del Hospital Pediátrico de Alta Complejidad de la Ciudad de la Salud.
Un carrusel con forma de hongo, hecho en Panamá, que en lugar de corceles tiene animales como el tucán o el ratón Pérez, recibe a los visitantes de este nuevo centro hospitalario de cuarto nivel de complejidad que fue desarrollado, diseñado, equipado y entregado por la constructora panameña Riga Services.
Los niños y niñas en nuestro país podrán atenderse en este moderno hospital, construido con manos panameñas; que converge arte para sanar, tecnología de renombre mundial y un afinado trabajo arquitectónico.
“Desde el principio, la idea era darle un aspecto de hospital privado a un espacio público” comenta el arquitecto Jair Gardellini, encargado del proyecto hospitalario, en entrevista a Ellas.
El ratón Pérez en sombrero pintao’
Es conocido que la incursión del arte en espacios de salud influye positivamente en los pacientes, familiares y personal médico.
El nuevo hospital pediátrico cuenta con cinco pisos, cada uno inspirado en un cuento infantil con toques panameños. Una rana dorada con montuno o el ratón Pérez con un sombrero pintao’ son algunos de los personajes que sacan una sonrisa al verlos ilustrando las paredes. “Los detalles de diseño de interiores, revestimiento, pisos, arte, y otros no eran parte del contrato. Sólo debíamos entregar el hospital en paredes blancas, como cualquier otro. Pero decidimos dar un paso más”, comenta el arquitecto.
Proyectando cómo trabajar el edificio, Riga Services pensó en una recopilación de cuentos infantiles. “En una mesa de trabajo junto a mi equipo, surgió la idea. Me pareció magnífico”
En ese desarrollo de conceptos encontraron a Kiosco Creativo, una agencia de diseño y mentes creativas panameñas liderada por Laura Arias y Carla Lachman. Juntos escogieron los cuentos para decorar cada piso del hospital: La Caperucita Roja, La Cucarachita Mandinga, Los Tres Cerditos, Pinocho y El Principito.
Las paredes ilustradas reciben a los usuarios del hospital. Al afilar la mirada, en los murales se encuentran personajes panameñizados “Fue idea de mi papá” comenta con orgullo Jair en referencia a Ricardo Gardellini, su padre y fundador de la compañía. “Él es muy nacionalista”
Un hospital como se lo merecen los panameños
En etapas tempranas del proyecto, cuando Jair lo diseñaba, solía preguntarse si algunos espacios serían realmente utilizados. Ya ha comprobado que sí. “Tenemos una biblioteca pre-kinder, con un librero enorme, donde los niños van a leer y a dibujar. El área de reflexión es muy bonita, hecha con madera natural; he visto a familiares orando. Los doctores me han comentado que los viniles que colocamos con frases motivadoras les ayudan a seguir”.
En el hospital se podrán hacer procedimientos que antes requerían que los pequeños pacientes en Panamá viajaran al extranjero. Una de las áreas que más impresiona es la de neonatología y sus 233 incubadoras. El revestimiento y vidrios de los quirófanos vienen desde Polonia. Los equipos médicos son de alta gama, como los que se encuentran en hospitales privados. El piso es de porcelanato traído de España. En las salas de espera no hay asientos azules, hay sofás. “Son detalles que elevan la calidad del hospital y dan la sensación de ser un lugar que se ha trabajado para el usuario”, opina Jair.
Demostrar lo que el talento de profesionales panameños puede lograr ha sido clave para llevar a cabo este mega proyecto de infraestructura. “No es común que a mis 28 años pueda liderar un equipo de arquitectura, pero con la ayuda de ellos ha sido posible. Siempre nos escuchamos; aprenden de mí, pero yo aprendo mucho más de ellos”
Arquitecto Jair Gardellini.