Un impresionante arreglo de flores, obra del diseñador panameño Alex Gaudiano, refrescaba del cielo hasta el alma con sus brillantes colores el lobby de The Santa María Hotel, enamorando a primera vista a todo aquel que lo visita.
La ciudad de Panamá tiene una joya escondida en el centro de su palpitante urbe: The Santa María Hotel, el único resort ubicado en la capital donde las horas pasan entre el sonido de las cascadas de su piscina, el verdor de un campo de golf de primer nivel, un paladar complacido y una atención como de familia.
The Santa María Hotel, de la colección luxury de la cadena Marriott, nos abrió sus puertas para experimentarlo con todos los sentidos.
Panamá en los detalles
En el centro de negocios de Costa del Este y Santa María se ubica este hotel que recibe a sus huéspedes con su encanto veraniego, elegante y abrazado de naturaleza.
Al llegar, mis ojos captaron la oda a lo local en la decoración de sus espacios comunes; que con orgullo exhiben piezas como las cuatro pilastras hechas de madera recuperada de la construcción del Canal de Panamá que se sitúan imponentes en la estructura arquitectónica del vestíbulo.
El concepto de resort se siente a plenitud al ver el área de piscina con cascadas, camastros como de club de playa, bar y su estrella principal: el campo de golf de 18 hoyos diseñado por la firma Nicklaus Design, del 18 veces ganador de torneos masculinos, el estadounidense Jack Nicklaus.
Un recorrido de sabores y sol
En mi primera noche la cita era en el restaurante The Grill House. La velada tenía nombre: Sabores de Valencia, como denominan a sus martes de tapas y paellas que se pueden disfrutar, aún sin ser huésped, por $38 por persona. Flamenco en vivo, una fría cerveza español y las delicias del mediterráneo envolvían mi paladar.
Una serie de retratos familiares, que datan de la construcción del Canal de Panamá y sirven de espejo a nuestro diverso crisol étnico, cuelgan de las paredes del restaurante Mestizo; donde al día siguiente conocí el desayuno buffet que se incluye en la reserva o se puede disfrutar por $22 más impuestos incluso por los visitantes en general. Estaciones de quesos, omelettes, panes, frituras y hasta dim sum (porque nada más panameño que un desayuno chino); todo a disposición para deleitar tempranito mi paladar.
Mi día de relajación no estaría completo sin pasar la mañana en la piscina, abierta las 24 horas. Tomando el sol, disfruté de una Colada, uno de los cócteles del Aqva bar. Esa tarde visité The Spa, donde el masaje de 45 minutos que recibí me hizo sentir en una nube.
El plan de esa noche era regresar a Mestizo y conocer sus miércoles de quesos, vinos y jazz en vivo; que tanto huéspedes como visitantes pueden gozar. Veladas como esas, únicas y llenas de sabor, son tradición en el resort que las da a conocer en detalle a través de su cuenta de Instagram @hotelthesantamaria.
Bajo las estrellas, una copa de tinto y melodías dulces de fondo, la noche despertaba en mi propio oasis de tranquilidad y sabor.