Hay momentos que duelen, que molestan, que incomodan. Esos momentos llamados: entre tiempo, mientras tanto, entre medio.
Ese tiempo que sucede entre acción y acción, entre un estado y otro, entre sucesos. Creemos que la vida es lo que hacemos, sin embargo, la vida muchas veces es lo que sucede entre las acciones que hacemos.
Cuando llega ese momento en el cual no hay nada que hacer, comienzan a aparecer los síntomas de ansiedad, queremos que las cosas sucedan ya, no sabemos esperar.
¿Cuáles pudieran ser algunos de esos momentos? Cuando estás en un trabajo que no te satisface, sabes que tienes que cambiar, estás buscando pero aún no se da. Cuando te encuentras en una relación estancada.
Identifica esos momentos incómodos e intermedios y te sumes a mi propuesta de aprender a estar, estar en ese mientras tanto, en el momento presente que cada día trae, a veces no hay que hacer, solo estar.
La sensación de esperar es como si dependiera de alguien o algo más, sin embargo, la de estar se centra en ti, en estar contigo misma, lo único que puedes hacer hoy.
Ser gentil contigo misma, disfrutando del proceso y soltando expectativas.
Hay un cuento oriental que habla de un mago muy rico que tenía muchas ovejas. Pero al mismo tiempo este mago era muy malo. No quería contratar pastores, ni erigir una cerca alrededor del pasto donde pastaban sus ovejas. En consecuencia, las ovejas deambulaban muchas veces por el bosque, caían en barrancos, etc., y sobre todo huían, porque sabían que el mago quería su carne y piel, y eso no les gustaba.
Por fin el mago encontró un remedio. Hipnotizaba a sus ovejas y les sugirió, en primer lugar, que eran inmortales, y que no se les hacía ningún daño cuando fueran desolladas, que, por el contrario, sería muy bueno para ellos e incluso agradable; en segundo lugar, sugirió que el mago era un buen amo que amaba a su rebaño tanto que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa en el mundo por ellos; y en tercer lugar, les sugirió que si algo en absoluto iba a sucederles, no iba a suceder en ese momento, al menos no ese día, y por lo tanto no tenían necesidad de pensar en ello.
Sugirió a sus ovejas que no eran ovejas en absoluto; a unas sugirió que eran leones, a otras que eran águilas, a otras que eran hombres, a otras que eran magos. Y después de esto, todas las preocupaciones y preocupaciones acerca de las ovejas llegaron a su fin. Nunca volvieron a huir, sino que esperaron silenciosamente el momento en que el mago requeriría su carne y piel (Maurice Nicoll, parábola de trabajo, comentarios psicológicos de Gurdjieff y Ouspensky).
Encuentra tu forma de estar a través de alguna actividad de la cual disfrutes, sal, camina, medita, dibuja, pinta, crece mientras tanto.
* La autora es life & business strategist. Su sitio web es https://www.paulacabalen.com/. Puedes seguirla en su cuenta de Instagram @paulacabalen
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