En el transitar de la vida, todos nos encontramos con situaciones difíciles, obstáculos y momentos de dolor. Sin embargo, la forma en que afrontamos estas experiencias determina en gran medida nuestro bienestar y el rumbo que tomamos.

En mi propia vida, hubo un antes y un después en una actitud que he tomado, cuando comprendí que la queja y echar la culpa a otros no me conduciría a ningún lugar. Eso no significa que las demás personas con las que interactuemos hagan o no algo erróneo, significa que pueda poner foco en mí, para dejar de quejarme y quedar estancada y sintiendo emociones negativas que nada aportarán nuevo a mi vida. Me ha servido preguntarme: ¿para qué sucedió esto en mi vida? ¿Qué puedo aprender? Y así seguir adelante.

Salir del modo víctima y asumir la responsabilidad de nuestra vida implica un cambio de perspectiva fundamental. Significa dejar de culpar a factores externos por nuestras circunstancias y tomar el control de nuestro destino.

¿Cómo puedes dar este paso crucial? A continuación, te comparto algunos consejos:

1. Tomar consciencia: el primer paso es reconocer que te encuentras en modo víctima. Esto implica identificar los pensamientos, emociones y comportamientos que te caracterizan en este estado, como la culpa, la queja, la impotencia y la falta de control.

2. Cuestionar cómo te hablas: una vez que tomas consciencia sobre ese patrón de conducta repetitivo, es momento de cuestionarlo. ¿Son realmente las circunstancias externas las que controlan mi vida? ¿Tengo algún tipo de injerencia en cambiar el rumbo? En este punto muchas veces nosotros los consultores, terapeutas, mentores tenemos un rol importante para brindar esa ayuda.

3. Aceptar la responsabilidad: asumir la responsabilidad no significa culparte por todo lo que te ha pasado. Significa reconocer que tienes el poder de elegir cómo responder a las situaciones y qué acciones tomar para mejorar tu futuro.

4. Buscar soluciones: en lugar de centrarte en los problemas, debes enfocar tu mente en encontrar soluciones. ¿Qué puedes hacer para cambiar la situación? ¿Qué recursos tienes a tu disposición?

5. Establecer metas: definir objetivos claros y alcanzables te dará una dirección y un sentido de propósito. Al trabajar hacia tus metas, recuperarás la confianza en ti misma y de esa forma la capacidad para crear el cambio.

6. Buscar apoyo: no estás sola en este camino. Rodearte de personas positivas y que te apoyen puede ser un gran impulso para esa transformación. También puedes buscar ayuda profesional.

7. Practicar la autocompasión: ser amables contigo es fundamental en este proceso. Reconocer avances, celebrar tus logros y perdonémonos por los errores.

8. Persistencia: salir del modo víctima no es un proceso fácil ni rápido. Habrá momentos de duda y retroceso. Sin embargo, la persistencia acompañada de paciencia es clave para alcanzar tu objetivo.

Tú tienes el poder de transformar tu vida. Al asumir la responsabilidad de tu destino, podrás superar los obstáculos, alcanzar tus metas y vivir una vida plena y significativa.


* Las opiniones emitidas en este escrito son responsabilidad exclusiva de su autora.

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