Llegar tarde puede tener un costo oculto, hoy te cuento una experiencia personal y cómo la percibí.
Estaba en un viaje de negocios en otro país, una persona que me conoció en una conferencia quiso reunirse conmigo, siguiendo mi lema: “haz que las cosas sucedan”, le brindé mi espacio para almorzar un domingo.
Me pidió reunirnos a las 12 del mediodía. Ese día, un domingo en otra ciudad, en la que puedo aprovechar para hacer muchas cosas, me quedé en el hotel esperando a que ella viniera. A las 12:30 p.m. me dijo que estaba retrasada porque estaba jugando paddle. Llegó a las 2 de la tarde y no almorzó porque ya había comido.
Fue desafiante estar a gusto en esa reunión, su carta de presentación había comenzado realmente mal. Alguien que no respeta mi tiempo, no me respeta, ¿por qué querría yo trabajar o hacer algo con esa persona entonces?
Hice la reunión, sentí que perdí el tiempo. No me equivoqué en mi percepción. Esa persona volvió a mostrar en otras situaciones su falta de compromiso y respeto.
La informalidad en la vida de negocios hará que no sepas cuáles pueden ser las razones por las cuales una persona no quiera volver a verte.
Llegar tarde a una reunión puede transmitir varios mensajes negativos, tanto a nivel personal como profesional:
- Falta de respeto: indica que no valoras el tiempo de los demás y que consideras que tu tiempo es más importante.
- Desorganización: puede sugerir que no eres capaz de planificar tu tiempo de manera eficiente o que no priorizas tus compromisos.
- Falta de compromiso: transmite la idea de que no estás completamente comprometido con la reunión o con el proyecto en cuestión.
- Impresión negativa: puede generar una primera impresión negativa en aquellos que te conocen por primera vez o reforzar una percepción negativa existente.
- Disrupción: al llegar tarde, interrumpes el flujo de la reunión y puedes generar distracciones para los demás.
Consecuencias
- Deterioro de relaciones laborales: puede generar tensión y resentimiento entre los compañeros de trabajo.
- Pérdida de credibilidad: si se vuelve un hábito, puede afectar tu reputación profesional.
- Oportunidades perdidas: puedes perderte información importante o la oportunidad de participar en la toma de decisiones.
¿Cómo evitar llegar tarde?
- Planificación: organiza tu agenda con anticipación y asigna tiempo suficiente para llegar a la reunión.
- Respeto por los demás: valora el tiempo de tus compañeros y llega a tiempo como muestra de respeto.
- Comunicación: si sabes que vas a llegar tarde, avisa con anticipación a la persona encargada de la reunión.
- Priorización: asegúrate de que tus compromisos estén claros y priorizados.
- Contingencia: ten un plan B en caso de imprevistos (tráfico, problemas técnicos, etc.).
Llegar tarde a una reunión puede tener consecuencias negativas tanto a nivel personal como profesional. Es importante ser puntual y demostrar respeto por el tiempo de los demás.
* Las opiniones emitidas en este escrito son responsabilidad exclusiva de su autora.
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