Una de las características de quienes llegan a sesión de coaching o consultoría de negocios es que traen un problema a resolver y con la necesidad/ansiedad de que ello ocurra en un corto plazo.

Estamos con una oferta de programas que prometen cambiar tu vida en ocho encuentros o en dos horas o en cuatro días. El peligro en estos casos es poner el foco en que un tercero sea quien te resuelva el problema.

Te pregunto lo siguiente: cuando quieres tener un cuerpo tonificado, lograr tener abdominales marcados e incluso bajar de peso, ¿hay algo mágico?

Lo mismo sucede con cambios en los roles o en las relaciones.

Me decía una clienta hace un tiempo, “¿será que lo mío no es el liderazgo?” Estoy segura que si ella repite diariamente pequeños hábitos de auto liderazgo, va a adquirir con el tiempo los hábitos para liderar a otras personas.

Los seres humanos solemos frustrarnos al no ver los resultados en forma inmediata, cuando en realidad los cambios comienzan a suceder a través de la incorporación de pequeños hábitos consistentes y recurrentes en el tiempo. Diariamente y en forma acumulativa.

“Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito”, Aristóteles.

Cuando voy al gimnasio y veo cuerpos tonificados, estoy segura de que esa persona se ejercita regularmente, no es producto de un mes de trabajo ese resultado, sino de un plan, consistencia y tiempo.

Lo mismo sucede con un plan de alimentación o con un trabajo de desarrollo personal. Las personas pueden descartar cualquier tipo de proceso si no les da un resultado inmediato. Sin embargo, lo que importa es la consistencia y no la cantidad que realices o la intensidad con la cual lo realices.

Cuando gerenciaba proyectos de implementación de sistemas, recuerdo que usábamos mucho este ejemplo para los clientes apurados con los cambios: “no es lo mismo nueve mujeres dando a luz en un mes, que tener nueve meses para dar a luz a un bebé”. Hay cosas que llevan tiempo.

Muchas personas creen que el éxito se logra a través de un resultado en grande, sin embargo, no ven lo que la persona que logró ese resultado ha tenido que pasar.

Frecuentemente las personas descartan los pequeños cambios porque no traen resultados visibles inmediatos y no son conscientes del enorme impacto que pueden tener a futuro.

Si ahorras un poco de dinero ahora no serás millonaria, si cuidas tu alimentación durante un día o una semana no bajarás muchas libras, si sales a correr durante un mes puede que no ganes los juegos olímpicos.

Pero si logras establecer una rutina y sostenerla en el tiempo, descubrirás un nuevo resultado.

7 pasos para crear hábitos:

- Comienza poco a poco.

- Deja de lado las excusas.

- Define un plan.

- Crea recordatorios y avisos.

- Crea rituales.

- Controla el progreso.

- Celebra tus logros.

Espero te sirvan estos tips y logres terminar el año con más compromiso contigo misma.


* La autora es life & business strategist. Su sitio web es https://www.paulacabalen.com/. Puedes seguirla en su cuenta de Instagram @paulacabalen

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