El juego es una fuente de relajación y estimulación tanto para el cerebro como para el cuerpo, tanto para niños como para adultos.

El juego es una forma segura y divertida que permite desarrollar la imaginación, la creatividad y la capacidad para resolver problemas. Jugar es una manera de cuidar la salud mental.

Nos enseña a cómo gestionar y transformar nuestras emociones y experiencias negativas, potencia el aprendizaje, ayuda a aliviar el estrés y nos conecta con los demás y con el mundo que nos rodea. Incluso en lo laboral, puede hacer que la jornada sea más productiva y placentera.

A pesar del poder y de los beneficios del juego, en algún momento entre la niñez y la edad adulta muchas personas dejan de jugar.

El juego es sustituido por el trabajo y las responsabilidades, y cuando se dispone un rato de ocio no se suele optar por hacer creativo y estimulante para el cerebro, sino que es más fácil ver una serie, navegar por Internet, etc. Pero podemos darnos permiso para jugar como cuando éramos niños y podemos seguir disfrutando de los beneficios del juego durante toda la vida. El juego no tiene edad; podemos programarlo e integrarlo dentro de nuestra vida sin sentirnos culpables por ello.

En muchas ocasiones, los adultos llegamos a olvidar por qué jugamos, para qué hacerlo, con todo lo que tenemos que hacer. Pero hay muchas razones para jugar. Por ejemplo, nos ayuda a aprender, a crear, a sentir un desafío; el juego nos sirve para entretenernos y pasar el tiempo, nos ayuda a calmarnos y a enfocarnos, a tener vida social, a cooperar con otros, a entender las relaciones con los demás y a conocernos a nosotros mismos.


Beneficios del juego para la vida

Jugar tiene muchos beneficios para los adultos, tanto la para salud física como para salud mental y emocional.

- El juego nos conecta con los demás: cuando compartimos nuestros juegos con otros estamos también compartiendo la alegría, la risa y la diversión. Esto promueve la unión con los demás y refuerza el sentido de comunidad.

Cuando se juega con regularidad, también se desarrolla la empatía, la compasión, la confianza y la capacidad para la intimidad.

- Fomenta la creatividad y el aprendizaje: es una puerta de entrada al aprendizaje. Estimula la imaginación y favorece la adaptación y capacidad de resolución de problemas. También despierta la curiosidad, lo que conduce al descubrimiento y la creatividad. Los componentes del juego son los mismos que los del aprendizaje, y se necesita una adaptación progresiva para ir avanzando.

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* La autora es life & business strategist. Su sitio web es https://www.paulacabalen.com/. Puedes seguirla en su cuenta de Instagram @paulacabalen

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