Con un vestido de corte princesa, con mangas y un velo que medía cuatro metros, llegó Sheldry Sáez, Miss Panamá 2011, en los brazos de su papá, a la Catedral Basílica Santa María La Antigua, en Casco Antiguo.
En el altar la esperaba sonriente su esposo Giancarlo D’Agord.
Hace poco más de un mes, el 3 de diciembre, se habían casado por lo civil en la tierra de ella Chitré, provincia de Herrera. Esta vez celebrarían su boda eclesiástica el sábado 21 de enero en pleno comienzo de verano, como ella quería.
En la Catedral los casó el Arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa, que también es chitreano. En entrevista exclusiva con revista Ellas, Sheldry contó que conoce al monseñor desde que era el padre de la iglesia a la que ella iba en Chitré, incluso fue Ulloa quien bendijo el primer auto que ella tuvo.
La autora, emprendedora y coach usó un vestido de la boutique Mona Rosa Panamá. El traje tenía una cola “sumamente larga” y pesada. Doris Morales y Sosan Saab, de esta boutique, confeccionaron el velo, cuya tela fue traída del Líbano.
Sheldry entró a la iglesia mientras el barítono Ricardo Velásquez cantaba en vivo Hasta mi final.
Sheldry y su esposo Giancarlo tras la ceremonia. Fotos tomadas por Álvaro Ching.
En la fiesta usó también otro vestido de esta boutique de corte más sencillo y ligero con el que pudo bailar toda la noche. Nos dijo que la celebración culminó pasadas las 5 de la mañana.
Ella quería una “white wedding”. El decorador Carlos Mastellari, de grupo Pompa, convirtió Casa Veranda, donde fue la recepción, “en un cuento de hadas”; todo el piso era blanco. Carlina Terientes fue la wedding planner.
Para el openning habían unas palabras en neón que decían “O Sole Mío”, “Amore”, como un detalle por la ascendencia italiana de su esposo.
La tía y madrina de la novia, Mirna Bustavino, de Mousse & Cake, le regaló el dulce: un enorme pastel blanco de 10 pisos con tres mil pétalos que su tía elaboró a mano desde noviembre. Desde esa fecha dedicó su negocio exclusivamente para confeccionar el pastel de su sobrina/ahijada.
En la boda había entre 300 y 400 invitados. Sheldry confiesa que su esposo al principio quería una ceremonia pequeña pero él tiene muchas amistades. El cortejo estaba conformado por 26 caballeros y 18 damas. Describe que Giancarlo es muy sencillo y familiar, y que la ha apoyado mucho en todos sus proyectos y sueños.
La pareja aún no se ha ido de luna de miel. Espera comenzar a planificarla esta semana.
Si quieres saber más de la boda y de esta historia de amor (de cómo Sheldry conoció a su esposo), busca la edición impresa de revista Ellas que publica en febrero.