Los buenos padres entrenan a sus hijos para los aplausos, los padres brillantes para los fracasos, dice el psiquiatra brasilero Augusto Cury en su libro Padres Brillantes, Maestros fascinantes.

Es importante que los niños crezcan con optimismo y confianza, pero la vida también incluye obstáculos y dificultades que son parte del crecimiento personal. La resilencia, el adaptarse a los cambios y los reveses, requiere de herramientas que padres e hijos pueden aprender juntos.

Promueva el pensamiento positivo:

Enseñé a sus hijos a ver los desafíos como oportunidades de crecimiento en lugar de obstáculos insuperables. Anímelos a encontrar el lado positivo de las situaciones difíciles y a desarrollar una actitud optimista hacia los cambios y los desafíos escolares.

De permiso para que se equivoquen:

María Montessori creía en ayudar a los niños a ayudarse. Desde muy pequeños deben resolver problemas y tomar decisiones solos. Dele responsabilidades apropiadas para su edad y permítales experimentar el éxito y el fracaso mientras aprenden. Eso incluye afrontar la responsabilidad cuando olvidan hacer sus tareas o las dejan para última hora.

Arme una red de apoyo:

Establezca una red de personas de confianza a las que los niños puedan acudir en momentos de dificultad, ya sean familiares, amigos, maestros o consejeros escolares. Fomente relaciones positivas y de apoyo en su vida para que se sientan respaldados y comprendidos.

Enseñe a respirar y a agradecer:

Aprendan estrategias efectivas para lidiar con el estrés y la presión académica, como la respiración profunda, la visualización, la práctica de la gratitud y el establecimiento de metas alcanzables. Cuanto más practiquen estas habilidades, más capaces serán de enfrentar los desafíos escolares con calma y confianza.

Enseñe con el ejemplo

Conviértase en un ejemplo de resilencia, enfrentando sus propios desafíos de manera constructiva. Comparta sus fallos, cómo los superó y qué aprendió de ellos. Los hijos aprenden mucho al observar cómo los adultos manejan el estrés y la adversidad.

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