La investigadora social Josefa Sánchez Contreras tiene una honda necesidad de desafiar la narrativa universal, esa que retrata a los pueblos originarios como buenos salvajes que deben ser cuidados como piezas de museo.
Todos los hombres y mujeres que conforman las comunidades indígenas, no pueden ser concentrados en un solo grupo social global, ya que cada una de esas comunidades tiene sus propias costumbres, tradiciones, idioma y cultura que los hace únicos. Así piensa esta ensayista y activista perteneciente a los zoques de San Miguel Chimalapa (Oaxaca, México).
Josefa Sánchez Contreras y el director de cine guna Durien Wagua conversaron con la profesora panameña Emma Gómez sobre “Cosmovisiones Originarias”, en el Teatro Anita Villalaz, como parte de las actividades del Hay Fórum Ciudad de Panamá, festival que termina hoy miércoles.
La docente Emma Gómez destacó y elogió a Josefa Sánchez Contreras y a Durien Wagua por ser líderes de sus respectivos colectivos y porque ejercen esa fortaleza usando las herramientas del arte en general. “Ustedes trascienden a públicos propios y ajenos a sus comunidades”, resaltó.
“Quiero brindar por el Hay Fórum Ciudad de Panamá 2024. Que esa nueva ventana internacional que se abre para que el Panamá diverso crezca en diálogos e ideas sea como nos vaticina su directora, Cristina De La Fuente, ‘un regalo para el alma y una fiesta de la palabra’. Que se una a la enredadera de fuertes raíces que crece ya en puntos luminosos de Latinoamérica. El 23 y 24 de enero estamos imaginando juntos y nos estamos retando por la construcción de sociedades justas para el hoy y el mañana”, destacó Emma Gómez.
Josefa Sánchez Contreras pertenece al pueblo zoque de Chimalapas, en México. Como investigadora, escribe sobre defensas territoriales, derechos indígenas, historia de rebeliones y colonialismos. Cortesía/Daniel Mordzinski
Evitar las imágenes autóctonas
Josefa Sánchez Contreras dejó claro en su intervención que no quiere estar sujeta a un deber ser unilateral hacia una metrópoli, ni quiere representar a una figura específica ni estereotipada para nadie, ni desea formar parte de la imagen autóctona que tengan en su mente aquellos que no integran a las naciones originarias.
Ella aboga por resaltar y conocer la diversidad que existe entre todos los seres humanos. “Esa diversidad ha sido encapsulada, en nuestro caso, en términos como indígenas o autóctonos. Eso justifica los despojos que hemos sufrido a lo largo de la Historia. Queremos escribir desde nuestro punto de vista, y por eso lo hacemos desde la poesía, el ensayo, las ciencias sociales, el cine”.
Se siente orgulloso de pertencer a una generación que viaje por distintos espacios de expresión y entre todos van creando un diálogo desde otras líneas de pensamiento.
Recalca que las cosmovisiones originarias deben estar alejadas de los estereotipos creados por ciertas corrientes antropológicas y ciertas propuestas cinematográficas, que solo reducen a las comunidades.
El registro de una cámara
Mucho de eso de mostrar realidades desde el arte, lo hace el panameño Durien Wagua cuando toma una cámara de filmación para registrar el diario vivir de los gunas y cuando participa como productor externo de proyectos de documentales y series que desean filmar en los territorios originarios.
Durien invita a entender las dinámicas de los pueblos indígenas sin prejuicios ni ideas preconcebidas. “Uno debe tener el compromiso de retratar las realidades comunitarias desde su oficio. Yo hago esos en los dos mundos en los que vivo: en Guna Yala y en todo lo que hay fuera de la comarca, y de los gunas que viven en la comarca y los que están fuera de ella. Eso me impulsa a crear mi cine y ver hacia adelante. Porque somos muchas culturas dentro y fuera de Panamá”.
“El cine debe ser un reflejo de nuestras realidades, pero sin etiquetas puesta por otros. El cine sirve para educar a las comunidades y a los que no pertenecen a la comunidad originaria”, comentó Durien.
Desarrollar otras narrativas
Josefa Sánchez Contreras propone que los ciudadanos cuestionen las democracias cuando no funcionan, y que debemos aprender de la ancestral relación que han tenido los pueblos originarios con la naturaleza.
Otra prioridad para ella es que los zoques estudien. Su generación es la primera que con mayor frecuencia ha hecho estudios universitarios, algo que ocurrió en menor medida entre sus padres y abuelos. “Nuestra formación nos permite escribir una narrativa que no venga del poder, una narrativa en la que nos podamos reconocer”.
Convivimos con los ríos, cualquier amenaza dlenrio es una amenaza contra la comunidad. No somos los buenos salvajes. Somos parte de la naturaleza. Hay que escuchar a los que definen a los seres con vida que es el medio ambiente.
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